La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo, y sus consecuencias pueden ser devastadoras. A pesar de ser la fractura por fragilidad más común, hasta el 75% de las fracturas vertebrales osteoporóticas no se diagnostican debido a la falta de síntomas claros. Así lo ha señalado el doctor Joan Salvador Escala, responsable de la Unidad de Columna del Hospital de Reus, quien ha advertido que la detección tardía de estas lesiones puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes.

Según el especialista, en España solo el 20% de los pacientes con osteoporosis reciben un diagnóstico y tratamiento adecuados. “Muchas fracturas vertebrales pasan desapercibidas porque no causan un dolor intenso o sus síntomas pueden ser inespecíficos, como la pérdida de altura o la cifosis progresiva”, ha explicado el doctor Escala. Esta falta de detección supone un grave problema de salud pública, ya que estas fracturas están asociadas con un aumento de la mortalidad en personas con enfermedades como diabetes y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), además de incrementar los ingresos y estancias hospitalarias.

Diagnóstico y avances en la detección

A pesar de su alta prevalencia, muchas de estas fracturas solo se identifican cuando el paciente se somete a una prueba radiológica o a otro método de imagen por motivos ajenos a la osteoporosis. “La incidencia de nuevas fracturas vertebrales osteoporóticas en personas mayores de 50 años es de 10,7 por cada 1.000 mujeres y 5,7 por cada 1.000 hombres anualmente”, ha indicado el doctor Escala,

El elevado coste sanitario asociado a las fracturas vertebrales osteoporóticas, que oscila entre los 4.000 y 12.000 euros anuales por paciente, subraya la importancia de la prevención. El doctor Escala ha recomendado un enfoque integral que combine medicación, rehabilitación y cambios en el estilo de vida para minimizar el impacto de la osteoporosis. “La prevención primaria busca evitar la primera fractura en pacientes de alto riesgo mediante el uso de antirresortivos u osteoformadores, reduciendo el riesgo en un 40-50%. Si la fractura ya se ha producido, es fundamental instaurar rápidamente un tratamiento farmacológico para prevenir nuevas lesiones, ya que el riesgo de sufrir fracturas adicionales se multiplica por cuatro”, ha destacado el especialista.

Por su parte, el doctor Luis Álvarez Galovich, presidente de la Sociedad Española de Columna Vertebral, ha señalado que la mayoría de las fracturas vertebrales se resuelven en dos o tres meses sin necesidad de tratamientos agresivos. No obstante, en los casos en los que el dolor afecta la calidad de vida del paciente, pueden ser necesarias intervenciones más resolutivas, como la cementación vertebral. Este procedimiento, realizado con anestesia local, ha demostrado ser altamente eficaz en el alivio inmediato de los síntomas.

fractura

El papel del médico rehabilitador en la recuperación

La doctora Carolina de Miguel, presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), ha subrayado que las fracturas osteoporóticas afectan no solo físicamente, sino también a nivel psicológico, social y laboral. Las zonas más comunes de fractura son la columna vertebral, la cadera y la muñeca, y su impacto puede limitar significativamente la autonomía de los pacientes.

“La labor del médico rehabilitador es clave para evitar la aparición de fracturas o frenar su progresión. En caso de que se produzcan, su trabajo se enfoca en recuperar la movilidad del paciente y evitar que se convierta en una persona dependiente”, ha afirmado De Miguel. Además, ha insistido en la importancia de adoptar hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada y ejercicio regular, para fortalecer los huesos y reducir el riesgo de fracturas.

En definitiva, la osteoporosis sigue siendo un desafío para la salud pública, pero con un diagnóstico precoz, estrategias de prevención eficaces y un enfoque multidisciplinar, es posible mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir la carga asistencial asociada a esta patología.