Aunque el abordaje multidisciplinar ya es estándar en otras patologías, no lo es así para las disfunciones de suelo pélvico. A menudo, los pacientes experimentan largos itinerarios asistenciales, pasando por distintos especialistas sin recibir una aproximación integral. «Tradicionalmente, los síntomas de las disfunciones de suelo pélvico se han tratado de forma aislada por cada especialista, lo cual ha demostrado ser inefectivo e ineficiente, ya que ofrece soluciones parciales a problemas complejos que suelen afectar a distintos órganos de más de una especialidad”, comenta Dr. Rodolfo Romero Pareja, director de Continuidad Asistencial en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

En los últimos 20 años, el manejo de estas afecciones ha evolucionado de una visión meramente anatómica a un enfoque integral que correlaciona anatomía y función, permitiendo entender al suelo pélvico como una estructura integrada. Sin embargo, el tratamiento sigue enfrentando múltiples desafíos debido a itinerarios asistenciales fragmentados y la falta de un enfoque coordinado. Esta fragmentación del cuidado puede resultar en diagnósticos tardíos, tratamientos subóptimos, y una falta de seguimiento adecuado, lo que aumenta la carga de la enfermedad y puede provocar un mayor avance de la sintomatología.

Conscientes de esta realidad, un grupo de más de 30 profesionales de diferentes especialidades involucrados en el tratamiento de esta condición, entre ellas: aparato digestivo, coloproctología, enfermería, ginecología, medicina familiar y comunitaria, rehabilitación y urología, se han unido con el objetivo de elaborar un documento de posicionamiento que aborde la necesidad de adoptar un enfoque multidisciplinar para el correcto manejo de la patología.

Esta iniciativa persigue sensibilizar a decisores y evaluadores sobre la necesidad de protocolizar un modelo integral que garantice un manejo optimizado y coordinado de las disfunciones del suelo pélvico. Así, el Dr. Luis López-Fando, del servicio de Urología del Hospital Universitario de La Princesa y coordinador de la iniciativa, señala que “A día de hoy, la evidencia más reciente publicada ya demuestra  que una aproximación multidisciplinar en el tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico puede reducir la necesidad de procedimientos quirúrgicos, optimizar la elección de tratamiento, mejorar la satisfacción de los pacientes y fomentar su adherencia, y contribuir a un manejo más eficaz de la patología”.

El proyecto ha culminado en Madrid, donde los profesionales se han reunido presencialmente para reflexionar sobre las necesidades no cubiertas del proceso asistencial actual y definir las acciones y estrategias necesarias para abordarlas. Asimismo, se debatió sobre la historia básica de suelo pélvico, las características y relevancia de un comité/unidad especializada del suelo pélvico, los criterios de derivación entre especialistas y los principios de organización para lograr una atención integral y efectiva.

De este modo, ante una problemática que afecta a millones de personas a nivel mundial, esta iniciativa nacional, respaldada por la compañía de tecnología Medtronic, busca sentar las bases para una atención holística y de calidad mediante la colaboración entre diversas especialidades. Se espera que el proyecto establezca un modelo de referencia que permita mejorar el manejo clínico de los pacientes con disfunciones del suelo pélvico, reduciendo la carga de estas patologías y asegurando un acceso equitativo a una atención coordinada y efectiva.

El manejo de las personas con disfunción de suelo pélvico

Las disfunciones del suelo pélvico constituyen un conjunto de alteraciones anatómicas y funcionales relacionados con el funcionamiento habitual de la musculatura del suelo pélvico. Estas disfunciones, que incluyen problemas como la incontinencia urinaria y fecal, la vejiga hiperactiva, el dolor pélvico y disfunciones crónicas miccionales y defecatorias, afectan a una proporción alarmante de la población, con una prevalencia que puede llegar hasta un 12-14% de la población adulta para la vejiga hiperactiva y del 5-11% para la incontinencia fecal, e impactan significativamente en la calidad de vida de quienes las padecen.

En los últimos 20 años, el manejo de estas afecciones ha evolucionado de una visión meramente anatómica a un enfoque integral que correlaciona anatomía y función, permitiendo entender al suelo pélvico como una estructura integrada. Sin embargo, el tratamiento sigue enfrentando múltiples desafíos debido a itinerarios asistenciales fragmentados y la falta de un enfoque coordinado.