El número de personas con discapacidad que cursan estudios universitarios es cada vez mayor. Además, las mujeres con discapacidad cuentan con un nivel formativo superior. Así, el 20,2% de las mujeres son graduadas, frente al 14,4% de los varones. Así lo muestran los datos presentados por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo en España (ODISMET) de Fundación ONCE a partir del análisis del informe ‘El empleo de las Personas con Discapacidad’ recientemente publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Como destaca Fundación ONCE, “si bien el nivel formativo no garantiza la igualdad, cuanto mayor es el de las personas con discapacidad más se reducen las distancias con la población general en lo que a los principales indicadores de empleo se refiere. En nuestro país, el 29,1% de las personas con discapacidad que están ocupadas cuentan con estudios superiores, frente al 44,3% de las personas sin discapacidad con igual formación”.
Diferencias notables
De acuerdo con las conclusiones del informe ‘El empleo de las Personas con Discapacidad’, el 8,9% de las personas con discapacidad con estudios primarios se encuentra trabajando, porcentaje que en el caso de la población sin discapacidad y el mismo grado de formación se sitúa en solo un 4,9%.
Sin embargo, las diferencias relativas al nivel formativo entre las personas con y sin discapacidad son aún notables. Y es que mientras el porcentaje de graduados universitarios se eleva al 36,4% en la población general, en el caso de los ciudadanos con discapacidad se establece en un 16,9%. Asimismo, la tasa de ciudadanos sin formación, de solo un 0,4% en la población general, se sitúa en el 4,5% en las personas con discapacidad.
Reducir la brecha
Como apunta el Odismet, “la reducción de esta brecha requiere concienciar de la relevancia de la educación, poner de manifiesto las ventajas que ofrece de cara al empleo. Se trata de una tarea complicada, especialmente cuando el abandono escolar entre las personas con discapacidad casi duplica el de la población sin discapacidad –43,2% frente al 25,2%– y el porcentaje de personas cursando algún tipo de formación en la actualidad es del 7,9% para el colectivo frente al 19,7% de la población sin discapacidad.
El acceso a la formación se ve condicionado por diversas variables, fundamentalmente por el tipo de discapacidad. El resultado es que las personas con discapacidades físicas o sensoriales (visual o auditiva) obtienen mayores niveles formativos que los que presentan una discapacidad de tipo intelectual, donde el porcentaje de universitarios es casi inexistente. De la misma manera, la zona de residencia también subordina los niveles de formación: según los datos del INE, el porcentaje de universitarios en las grandes áreas urbanas es del 20,2%, frente al 11,8% registrado en las zonas rurales.
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