El 40% de las personas incrementa su consumo de alimentos calóricos cuando se encuentra en una situación de estrés y nerviosismo. Por ello, el XVIII Día Nacional de la Persona Obesa ha tenido por lema ‘Dile No al OBESTRÉS’, con el que la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) han querido incidir en la necesidad de que la población tome conciencia sobre los riesgos que para la salud tienen el sobrepeso y la obesidad.
En palabras del doctor Albert Lecube, coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la SEEN, “el estrés es una causa de ganancia ponderal. Cuando estamos en una situación estresante tenemos tendencia a comer aquellos alimentos llamados de ‘recompensa’, que son los que nos dan un mayor placer, ya que son ricos en azúcares y grasas”.
Un riesgo de mayor ingesta calórica que, además, es mayor en la población infantil y adolescente, “pues sus cerebros no están del todo desarrollados y, por tanto, adquieren unos hábitos alimenticios que, en un futuro, pueden provocar sobrepeso u obesidad”, alerta este especialista.
‘Beneficio’ a corto plazo
Sin embargo debe tenerse en cuenta que el ‘bienestar’ que producen los alimentos calóricos remite a muy corto plazo, “razón por la que las personas que están estresadas y, en consecuencia, consumen comida de alto contenido graso de manera compulsiva para paliar su estrés, vuelven a padecer el nerviosismo a los pocos minutos de la ingesta”, recuerda la doctora Susana Monereo, secretaria general de la SEEDO.
Por todo ello, “el mejor tratamiento es el orden, comer bien, no estar todo el día picando, dormir adecuadamente y practicar diariamente ejercicio”, incide la doctora Monereo, quien a su vez ha expresado su rechazo a las denominadas ‘dietas milagro’, “un tipo de alimentación que siempre acaba en obesidad”.
Prevalencia del 62%
A día de hoy el 62% de la población española presenta exceso de peso y hasta un 22% obesidad.
Y dado que las cifras de sobrepeso y obesidad se incrementan año tras año en nuestro país, “creemos que la población no está suficientemente concienciada y que, por tanto seguimos comiendo mal. Por ello, y aunque las circunstancias no nos acompañen, debemos hacer un esfuerzo para comer mejor y seguir el dicho de que hay que desayunar como reyes, comer como príncipes y cenar como pobres”, concluye la secretaria de la SEEDO.