En torno al 5% de la población mundial, esto es, cerca de 360 millones de personas, padece una pérdida auditiva discapacitante. Todo ello a pesar de que, como recordó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el día de ayer con motivo de la celebración del Día Internacional de la Audición, “aproximadamente la mitad de los casos de pérdida auditiva en todo el mundo se pueden prevenir o tratar con facilidad”.
El resultado es que, en la actualidad, la pérdida de audición constituye la discapacidad sensorial más prevalente en todo el mundo.
Mayor inversión en atención otológica
Las infecciones de oído no tratadas constituyen una las causas principales de pérdida de audición, cuando menos entre las personas jóvenes. Y a las mismas se unen, muy especialmente en los países de medianos y bajos ingresos, algunas enfermedades infecciosas prevenibles mediante vacunación, caso de la rubéola, la meningitis, el sarampión o las paperas.
En este contexto, las prácticas idóneas de atención otológica, caso de la reducción de la exposición al ruido y el evitar la inserción de objetos en los oídos, pueden evitar que muchas personas desarrollen problemas otológicos y auditivos. Y asimismo, destaca la OMS, “un gran porcentaje de personas con pérdida de audición pueden beneficiarse de un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado”.
El problema es que, como revela la nueva encuesta realizada por la Organización con motivo de este Día Internacional, la mayoría de países –hasta 44 del total de 76 participantes en el estudio– carecen de planes y programas para prevenir y controlar las enfermedades otológicas y la pérdida de audición.
De hecho, “la mayoría carece de personal sanitario capacitado, de establecimientos de formación, de datos y de planes nacionales para atender las necesidades de quienes padecen problemas otológicos y auditivos”, lamenta el doctor Etienne Krug, Director del Departamento de Prevención de la Violencia y los Traumatismos y Discapacidad de la Organización, que a su vez alerta de que “los resultados de esta encuesta muestran claramente que los gobiernos y los asociados deben invertir en atención audiológica, especialmente a nivel comunitario y primario”.
32 millones de menores de 15 años
En esta misma línea, la OMS resalta la situación de los menores con pérdida de audición –del total de afectados, 32 millones son menores que aún no han cumplido los 15 años de edad–. Y principalmente, de los niños menores de un año, en los que los programas de detección de problemas auditivos pueden minimizar el impacto de la pérdida de audición en su desarrollo.
Sin embargo, como explica la doctora Shelly Chadha, de la Unidad de Prevención de la Ceguera y la Sordera de la OMS, “los problemas otológicos y auditivos y la utilización de audífonos suelen asociarse a ideas y conceptos erróneos. Por tanto, los programas nacionales deberían centrarse no solo en la prevención y la prestación de servicios, sino también en la sensibilización”.
A todo ello se aúna, además, que la producción global de aparatos auditivos o implantes se encuentra muy lejos de satisfacer la demanda. No en vano, como recordara la doctora Chadha con motivo de la celebración de la efeméride el pasado año, “la producción de aparatos auditivos satisface menos del 10% de la demanda global. Y en los países en desarrollo, menos de una de cada 40 personas con discapacidad auditiva tiene acceso a un aparato”.
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