En torno al 60% de las personas con discapacidad que se encuentran trabajando en la actualidad podrían perder su empleo como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia y la temporalidad de sus contratos. Así lo alerta el estudio ‘Efectos y consecuencias de la COVID-19 entre las personas con discapacidad’, elaborado por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo en España (ODISMET) de Fundación ONCE con la participación de 14.000 usuarios de la base de datos de Inserta Empleo.
Como informa Fundación ONCE, “en el momento de la realización de la muestra, el 27% de los encuestados se encontraban ocupados, el 53% desempleados y el 18% inactivos. El 66% de los que estaban trabajando lo hacían con un contrato temporal, y el 61% de ellos llevaba menos de un año en la empresa, datos que ante la inminente crisis económica podrían desencadenar desempleo”.
Entre otros resultados, el estudio muestra que el 42% de las empresas en las que trabajan las personas con discapacidad encuestadas han aplicado un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para hacer frente a la difícil situación económica así como que un 17% ha optado por el teletrabajo y un 12% han incluido reducción de jornada. Tan solo un 2% ha considerado el despido de trabajadores.
Caída de las contrataciones
Por lo que refiere a las personas con discapacidad desempleadas, el 47% afirma llevar ya tiempo desocupadas y el 12% señala haber perdido su trabajo por la crisis generada por la COVID-19. Además, los indicadores evidencian que se trata de un colectivo en riesgo con una situación de partida de por sí compleja que, además, puede verse agravada por la pandemia y sus consecuencias.
Como explica Fundación ONCE, “una muestra de ello es el hecho de que el mes de abril acumuló el número de contratos específicos a personas con discapacidad más bajo desde hace 14 años, con una caída del 74% del empleo respecto al mismo mes del año anterior”.
El resultado es que cerca del 47% de los participantes en el estudio considera que le resultará ‘muy complejo’ encontrar un empleo. Un aspecto a tener muy presente dado que el 37% de los consultados no recibe ningún tipo de prestación.
Como alerta la Fundación, “si tenemos en cuenta que hay un 53% de desempleados, nos encontramos ante un importante segmento que no está recibiendo ningún tipo de ingreso”.
Ante esta situación, el 23% de los encuestados indica que tendrá que privarse de ciertos servicios y actividades de ocio; el 22% señala que no podrá hacer frente a créditos e hipotecas; y un 10% refiere que no podrá pagar suministros básicos.
En este contexto, hasta el 79% de los participantes considera la formación como herramienta relevante para afrontar el complejo futuro socioeconómico consecuente con la COVID-19. De hecho, el 28% afirma estar invirtiendo su tiempo de confinamiento en formación, siendo las materias más idóneas en este sentido la informática, la administración, los idiomas, la salud, la seguridad, la prevención, la hostelería y la electromecánica.
Para consultar los resultados del estudio clica aquí.
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