El 73,3% de las mujeres con discapacidad residentes en la Comunidad de Madrid han estado expuestas a situaciones de abuso y violencia en algún momento de su vida. Además, un 62,4% han padecido violencia de género por su pareja o expareja, llegando hasta el 38,8% las que han sido violadas en este contexto. Así lo muestran los resultados del primer estudio sobre la situación de la violencia de género contra el colectivo llevado a cabo por el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid (CERMI Comunidad de Madrid), miembro de Somos Pacientes.

Como explica el Comité, “las mujeres con discapacidad experimentan múltiples situaciones de desigualdad por el hecho de ser mujeres, pero también por su situación de discapacidad. Y la magnitud de la violencia contra las mujeres con discapacidad en la Comunidad de Madrid alcanza cifras alarmantes, por lo que se debe dar una respuesta institucional urgente”.

Entre otros resultados, la investigación, realizada con la participación de 101 mujeres con discapacidad y de 14 profesionales de distintos ámbitos –entre otros, sanidad, justicia y fuerzas de seguridad–, muestra que el 82,2% de las mujeres del colectivo se han sentido discriminadas e, incluso, que la violencia contribuye a la aparición de la discapacidad. De hecho, esta discapacidad es sobrevenida en hasta un 11,9% de los casos como consecuencia de la violencia de género.

Así, y ante las evidencias de este estudio elaborado con la colaboración de la Fundación CERMI Mujeres (FCM) y la financiación de la Dirección General de Igualdad de la Comunidad de Madrid, el Comité reclama, además de la necesaria asignación presupuestaria para la atención y protección de las víctimas, la puesta en marcha de campañas de prevención y concienciación que, expresamente dirigidas a las mujeres con discapacidad, ayuden al colectivo a identificar y detectar las situaciones de violencia.

Prevención y protección

Asimismo, las entidades participantes en la investigación consideran necesario que todos los recursos destinados a la detección, atención y prevención de la violencia de género sean accesibles a todas las mujeres del colectivo con independencia de su tipo de discapacidad; y la creación de redes coordinadas entre profesionales del movimiento asociativo y los recursos institucionales de atención y prevención de la violencia de género, a los que se debe dotar de una formación transversal extensiva a las familias y a las propias mujeres con discapacidad.

En la misma línea se deben crear espacios para la atención integral a mujeres con discapacidad expuestas a violencias y poner de relevancia el papel de la persona facilitadora, formada para facilitar la comprensión en procesos judiciales.

Todo ello sin olvidar la necesidad urgente de implementar la figura del asistente personal para mujeres con discapacidad, especialmente para aquellas víctimas de violencia, como un derecho fundamental para la promoción de su independencia, autonomía personal y empoderamiento.

– A día de hoy, 98 asociaciones dedicadas a la discapacidad y a la dependencia ya son miembros de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?