• Fedeafes ha realizado un estudio que asegura que las mujeres con trastorno mental grave se enfrentan a un riesgo de dos a cuatro veces mayor de sufrir violencia por parte de su pareja o expareja
• La autora de la investigación, Alicia García Santos, asegura que estos datos son “la punta del iceberg” y apela a seguir profundizando con nuevos estudios para tener “una visión más completa” sobre la abrumadora tasa de abusos que sufren estas mujeres
• El trabajo, que cuenta con el apoyo del Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco y de Emakunde, desvela que un 80% de las mujeres con enfermedad mental grave que han estado emparejadas en algún momento de su vida han sufrido violencia de su pareja

• La federación de Euskadi de asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental resalta la importancia de otorgar credibilidad a las mujeres afectadas, ya que su testimonio es rechazado por los profesionales que les atienden en muchos casos

 

 

El 75% de las mujeres con enfermedad mental han sufrido violencia en el ámbito familiar o en su pareja en algún momento de su vida. Así lo desvela un informe presentado hoy por Fedeafes, la federación de Euskadi de asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental. El trabajo también apunta más del 40% de las mujeres con un trastorno mental grave han sido víctimas de violencia sexual.

El estudio, realizado durante los años 2015 y 2016 con la colaboración de 33 profesionales, de Osakidetza y de las instituciones, pone sobre la mesa la preocupante realidad de las mujeres con enfermedad mental grave, ya que además de sufrir la violencia en un porcentaje entre 2 y 4 veces mayor que el resto de las mujeres, en un 40% ni siquiera identifican como violencia los episodios que están padeciendo. Este trabajo es además pionero a nivel estatal, ya que apenas existían obras previas con datos cuantitativos.

La autora de la investigación, Alicia García Santos, asegura que estos datos son “la punta del iceberg” y apela a seguir profundizando con nuevos estudios para “tener una visión más completa” sobre la abrumadora tasa de abusos que sufren estas mujeres. García Santos ha explicado que entre los tipos de violencia que sufren las mujeres con enfermedades mentales cabe diferenciar la psicológica, la física, la sexual, la económica e incluso la institucional, que es la que se da entre personas que se encuentran internadas en una institución. Sobre este último punto, ha apuntado que es un nuevo campo en el que “queda todo por explorar”.

La investigadora ha admitido haberse sorprendido durante la elaboración del estudio porque el problema era sistemáticamente minimizado por los agentes afectados, lo que dificulta su visibilización. Y también la destacado la “crudeza” y “naturalidad” con la que las mujeres afectadas accedían a narrar los abusos sufridos si encontraban un entorno seguro que sabía escucharles.

Entre otros datos, ha apuntado que el 25% de las mujeres con enfermedad mental grave han sufrido violencia sexual en la infancia, frente al 3,5% del resto de mujeres. Y también ha mostrado su preocupación porque en el 50% de los casos los psiquiatras no habían detectado el maltrato producido en el último año.

Mari Jose Cano, gerente de Fedeafes, ha destacado la importancia de otorgar credibilidad a las mujeres afectadas, ya que en muchos casos su testimonio es rechazado por los profesionales que les atienden por considerar que la enfermedad mental les lleva a episodios de delirios. Sin embargo, los datos confirman que la inmensa mayoría de las denuncias realizadas son reales, y que solo un porcentaje mínimo corresponde a situaciones irreales.

Desde Fedeafes, entre otras propuestas, se ha recomendado la mejora de la coordinación entre Osakidetza y las asociaciones de personas con enfermedad mental, al tiempo que se ha apostado por proporcionar formación sobre violencia a los profesionales que tienden a las mujeres con enfermedad mental. La federación vasca también cree importante la designación de psiquiatras de referencia para estos casos y desarrollar sistemas que permitan compartir datos. Por ejemplo, se considera que los episodios de violencia sufridos deberían constar en el historial clínico.

María Ángeles Arbaizagoitia, presidenta de Fedeafes, ha señalado que el estudio permitirá mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, y del mismo modo, ha reclamado a las instituciones que den respuesta a los casos de mujeres con enfermedad mental que no tienen acogida en los centros de protección ni en la atención psicológica especializada para mujeres víctimas de violencia.
Beatriz Artolazabal, consejera de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, ha destacado la importancia del estudio y ha apuntado que “tomamos nota” También ha aludido a una parte del estudio que destaca que la carencia de empleo, el aislamiento y el estigma social son factores que incrementan la vulnerabilidad, y ha considerado que estos elementos confirman la importancia de la colaboración entre las instituciones y el sector social para “ser más eficientes” en la respuesta a este reto. Por último, ha admitido que “tenemos mucho en lo que trabajar”, pero ha ofrecido su “mano tendida” a Fedeafes “para seguir colaborando”.

Por su parte, Miren Izaskun Landaida, directora de Emakunde, ha destacado que decidieron apoyar el estudio para conocer con datos la realidad que sufre el colectivo de mujeres con enfermedad mental, y poder tomar decisiones al respecto. De igual forma, ha aplaudido el resultado del trabajo y ha asegurado que les está ayudando a desarrollar políticas de igualdad que incluyan también a las mujeres con diversidad funcional, “porque la igualdad es para todas o no es igualdad”.

Guía para la sensibilización

Durante el acto se ha presentado también la guía elaborada por Fedeafes para sensibilizar a los profesionales que trabajan con mujeres con enfermedad mental y alertar de las conexiones existentes entre violencia y enfermedad mental. Así, la violencia está en muchas ocasiones en el origen de la propia patología, y además, las personas que la sufren tienen más riesgo de ser víctimas de violencia.

La guía ayuda a identificar las situaciones de violencia en mujeres con enfermedad mental, con o sin diagnóstico, por parte de los servicios de sociales, de salud y asociaciones de personas con enfermedad mental. También se orienta sobre la forma de actuar si se confirma la existencia de maltrato y sobre las alternativas de intervención. En todo caso, el estudio destaca que las mujeres que se encuentran en un entorno seguro son capaces de narrar con naturalidad los episodios violentos que han vivido, y que si encuentran una escucha y un apoyo adecuados, la acción de abordar y reconstruir las experiencias abusivas tiene un efecto terapéutico.