El aumento de peso durante la edad adulta, y muy especialmente del perímetro de la cintura, constituye un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama en mujeres. de hecho, y según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido) y publicado en la revista BMJ Open, el aumento de una única talla de falda cada 10 años entre la edad de 25 años y la postmenopausia supone un incremento de un 33% del riesgo de padecer cáncer de mama.

Como apunta la doctora Evangelina-Ourania Fourkala, directora de la investigación, “con independencia del índice de masa corporal (IMC), el aumento del perímetro de la cintura es un factor de riesgo para el cáncer de mama. El aumento de una talla en el perímetro de cintura –por ejemplo, de la talla 40 a la 42– cada 10 años entre los 25 años y la postmenopausia aumenta este riesgo en un 33%”.

Perímetro de cintura

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores contaron con la participación de 92.934 mujeres postmenopáusicas –el promedio de edad se estableció en 64,0 años– que cumplimentaron un cuestionario sobre distintas variables relacionadas con el cáncer de mama, caso del IMC, la salud reproductiva, los antecedentes familiares de cáncer de mama y de cáncer de ovario, y el uso de anticonceptivos hormonales y de la terapia hormonal sustitutiva (THS). Asimismo, las participantes también fueron preguntadas por su talla de falda –tanto en el momento del estudio como a la edad de 25 años.

Durante el periodo de seguimiento de 3,19 años, un total de 1.090 participantes desarrollaron cáncer de mama.

Los resultados mostraron que, como ya habían constatado numerosas investigaciones previas, los tratamientos de infertilidad, los antecedentes oncológicos familiares y la THS se asociaban con un aumento de riesgo de cáncer de mama.

Sin embargo, el factor de riesgo más fuertemente asociado con la aparición del tumor fue el perímetro de la cintura –o lo que es lo mismo, la talla de la falda–. Y es que, comparada la talla entre los 25 años y la postmenopausia, un aumento de talla cada 10 años supone un incremento del 33% del riesgo, de manera que ganar dos tallas por década aumenta la probabilidad de padecer el tumor en un 66%.

Como concluyen los autores, “si bien el mecanismo exacto que explica esta relación necesita una mejor comprensión, los resultados sugieren que la grasa corporal alrededor de la cintura es más activa metabólicamente que el tejido adiposo en otras partes del organismo”. Y como ya se sabe de otros estudios previos, la grasa extra supone un incremento de los niveles de estrógeno, hormona utilizada por las células cancerosas como ‘combustible’.

– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘BMJ Open’?