En palabras de la doctora Anya Topiwala, directora del estudio, “el alcohol podría ser un factor de riesgo modificable para el deterioro cognitivo, y las intervenciones de prevención primaria que se llevan a cabo en las edades avanzadas podrían llegar demasiado tarde”.
Atrofia del hipocampo
En el estudio, los investigadores analizaron los historiales médicos, los registros sobre el consumo semanal de alcohol y los resultados de las pruebas cognitivas a lo largo de tres décadas –entre los años 1985 y 2015– de 550 mujeres y varones sanos con una media de edad de 43 años. Además, todos los participantes fueron sometidos a una prueba de imagen por resonancia magnética para evaluar la estructura de sus cerebros entre los años 2012 y 2015.
Los resultados mostraron que los participantes que consumieron las mayores cantidades de alcohol –30 o más unidades semanales de alcohol, definiéndose una unidad de alcohol como la contenida en un vaso de vino tinto– tuvieron un riesgo mucho mayor de desarrollar atrofia del hipocampo y de presentar una peor integridad de la sustancia blanca cerebral y un deterioro acelerado de la fluidez del lenguaje. Unos resultados, además, que fueron independientes de otros factores de riesgo de deterioro cognitivo, caso del sexo, la edad, la actividad física, el hábito tabáquico o el nivel educativo.
Por su parte, los participantes con un consumo moderado de alcohol, definido como la toma semanal de entre 14 y 21 unidades, presentaron un riesgo hasta tres veces mayor de atrofia del hipocampo que aquellos cuyo consumo era mínimo –menos de 7 unidades semanales– o nulo.
Como refiere la doctora Topiwala, “nuestros resultados cuestionan las actuales recomendaciones en Estados Unidos, en las que se sugiere que un consumo de 24,5 unidades semanales de alcohol es seguro para los varones. Y que nuestro estudio demuestra que la probabilidad de atrofia del hipocampo ya se incrementa con el consumo de 14 a 21 unidades semanales”.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘The BMJ’?
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