El estigma social asociado a los trastornos mentales constituye el principal obstáculo para el éxito del tratamiento y la recuperación de los pacientes con esquizofrenia. Así lo han puesto de manifiesto los expertos participantes en el ‘II Foro Internacional sobre Nuevos Abordajes en el Tratamiento de la Esquizofrenia’ organizado en Madrid por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) con el aval de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) y el apoyo de la compañía farmacéutica Roche.

En palabras de Ana Cabrera, directora de la Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de personas con Esquizofrenia (AMAFE), miembro de Somos Pacientes, “el estigma es el prejuicio que predispone a actitudes negativas hacia la persona con trastorno mental. Implica un conjunto de creencias erróneas, actitudes de rechazo social, temor y acciones excluyentes que dificultan los procesos de recuperación y aumentan el riesgo de exclusión social y discriminación”.

Estereotipos y discriminación

El desconocimiento de la población sobre la esquizofrenia conlleva a que, en numerosas ocasiones, el trastorno se vea asociada con numerosos estereotipos, caso de la peligrosidad y los actos violentos, de la falta del control por el paciente o de la incapacidad para realizar las tareas cotidianas.

Estereotipos que resultan en la aparición del estigma y la discriminación no solo entre la población general, sino también entre los familiares, los profesionales sanitarios e, incluso, entre los propios pacientes –autoestigma.

Como explica Ana Cabrera, “muchas veces, cuando los pacientes y sus familiares llegan a las asociaciones como la nuestra, han pasado muchos años desde el comienzo de la enfermedad, años de gran sufrimiento, en los que la persona ha ido perdiendo su proyecto vital, su red social, etc. Por eso defendemos la necesidad de desarrollar campañas informativas sobre la enfermedad que contribuyan a disminuir el desconocimiento y los falsos mitos asociados y propicien el reconocimiento precoz de síntomas de alerta y, por ende el tratamiento temprano”.

Intervención psicosocial

Numerosos estudios han demostrado que las intervenciones psicosociales reducen las readmisiones hospitalarias de los pacientes con esquizofrenia, previenen las recaídas, disminuyen los síntomas, mejoran el funcionamiento social y ocupacional, aumentan la capacidad para funcionar independientemente y proveen de soporte a los familiares y cuidadores.

En consecuencia, como concluye Ana Cabrera, “a los componentes esenciales de la terapia, esto es, los fármacos para suprimir los síntomas, debemos unir la educación, las intervenciones psicosociales y la rehabilitación social de los pacientes y sus familias”.

– A día de hoy, 5 asociaciones de pacientes dedicadas a la esquizofrenia son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?