El verano es la época en la que la piel y el sol se encuentran. Tomar el sol es un  placer siempre que se haga de forma adecuada. Los dermatólogos insisten en la necesidad de ser prudentes y utilizar fotoprotectores con la capacidad necesaria para cada tipo de piel. Por ello, cobra importancia que el FPS o Factor de Protección Solar sea correcto. Para ello es importante saber qué es, como se regula y quién establece ese parámetro que determina la capacidad real de cada producto para minimizar los efectos de la radiación solar sobre el cuerpo.   

El factor de protección solar (FPS) es un número que determina la capacidad de cada fotoprotector para reducir los efectos de la radiación ultravioleta B.  Esta medición establece la relación entre la dosis eritematógena mínima, lo que conocemos como quemadura,  que se produce en la piel tras aplicar el protector correspondiente y la que se produce en la misma porción de piel  cuando no se aplica nada

Es decir, que cuando se indica que un producto tiene un FPS de 25 sabemos que nuestra piel aguanta 25 veces más la radiación solar con ese protector que si no lo utilizamos.

Por ello es importante que los etiquetados respondan estrictamente a lo que informan. Esta regulación está establecida en España por el Real Decreto 1.223/2009 sobre productos cosméticos y por la recomendación de la Comisión Europea (2006/647/CE). En ese sentido, para los ensayos dirigidos a evaluar a la eficacia, se siguen los estándares recogidos en la norma ISO-24.444:2010.  

Pese a que existen métodos diferentes de evaluación y cada empresa puede hacer las comprobaciones que crea necesaria para sus productos, las recomendaciones de la Comisión Europea fijan que «el grado de protección ha de medirse por métodos reproducibles, teniendo en cuenta la fotodegradación».

Por su parte, la patronal española de la cosmética y la perfumería, Stanpa, asegura que los etiquetados en España responden fielmente a lo que indican por lo que el consumidor tiene garantía y seguridad. Pero, al tiempo y aún utilizando el fotoprotector adecuado, aconseja no relajarse frente al sol siendo importante no exponerse en las horas de mayor intensidad, hidratarse adecuadamente y aplicar protección al menos cada dos horas.