El arte ha sido, desde siempre, una poderosa herramienta para visibilizar realidades complejas y generar conciencia social. En el caso del dolor, la pintura ha permitido no solo representarlo a lo largo de la historia, sino también reflexionar sobre su impacto en la vida de quienes lo sufren. Con esta premisa, la Fundación Grünenthal y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza han lanzado el proyecto Pintura y dolor, un recorrido por 13 obras que exploran la relación entre el arte y el sufrimiento en sus dimensiones física y emocional. A través de esta iniciativa, el arte se convierte en un vehículo para la empatía, el diálogo y la sensibilización sobre una realidad que, a menudo, permanece invisible.
- Te interesa: Hasta el 60% de las personas con reagudizaciones de dolor crónico tiene problemas para mantener su puesto de trabajo
El objetivo del recorrido es explorar cómo el arte ha representado el sufrimiento a lo largo de la historia y cómo esta representación ayuda a comprender y visibilizar el dolor en sus múltiples dimensiones: física, emocional y espiritual. Ana Martins, presidenta de la Fundación Grünenthal, ha apuntado que “a través de esta selección de obras de la colección del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, se persigue concienciar a la sociedad sobre el impacto del dolor crónico y su significado en distintas épocas y culturas destacando la evolución de su percepción y su tratamiento”.
Así, por ejemplo, en la obra Los santos médicos Cosme, Damián y Pantaleón (Maestro de la visión de San Juan, c.1455) representan a los médicos como guardianes del bienestar, destacando el vínculo entre ciencia, fe y compasión ante el dolor. Por su parte, Francisco de Goya, al pintar El tío Paquete (1819-20), no solo retrató a un personaje popular, sino que plasmó en él su propia lucha contra el dolor crónico, tanto físico como emocional.
Este recorrido muestra el vínculo entre el arte y el dolor a lo largo de la historia, abarcando tanto su dimensión física como emocional. Las obras seleccionadas reflejan cómo el arte ha sido, y continúa siendo, un medio para comprender y expresar el dolor, fomentando la empatía y la sensibilización social. Evelio Acevedo, director gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, indica cómo el arte ha representado el sufrimiento a lo largo de la historia: “En la Edad Media el dolor se expresó en escenas religiosas a través de la expresión simbólica; en el Renacimiento y el Barroco, el dolor se representó de manera más humana y realista, y en los siglos XX y XXI adoptó un enfoque más subjetivo al plasmar las experiencias y traumas de los artistas”. Hoy, proyectos como ‘Pintura y dolor’ emplean el arte como herramienta de sensibilización, permitiendo al visitante entender mejor el sufrimiento ajeno.

Romper estigmas y humanizar el dolor
El recorrido permite que el público no solo contemple el dolor ajeno, sino que lo sienta y lo comprenda de una manera más profunda y sensorial. Asimismo, las obras que conforman el proyecto ponen en valor el papel esencial de quienes acompañan a las personas que sufren dolor crónico: cuidadores, médicos, enfermeros y otros profesionales sanitarios. También visibiliza realidades actuales, como el dolor silenciado o negado, que siguen marcando la vida de muchas personas.
Se trata de un recorrido por las diferentes formas en que el dolor ha sido expresado a lo largo de la historia y cómo esas representaciones continúan conmoviendo al público actual. Las obras seleccionadas conectan el pasado con el presente, mostrando que, aunque cambien las épocas y los estilos, el dolor es una experiencia universal que trasciende el tiempo y las culturas.