ictus-hemorragico
Los pacientes que sufren un ictus hemorrágico presentan el mismo pronóstico y supervivencia con independencia de que sean mujeres o varones. Todo ello a pesar de las diferencias encontradas entre los accidentes cerebrovasculares en función del género del afectado. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona y publicado en la revista Neurology.

En palabras del doctor Jaume Roquer, director del estudio, “las diferencias entre hombres y mujeres son importantes a la hora de considerar el riesgo de las enfermedades cardiovasculares. La hemorragia intracerebral es el tipo de ictus más grave, y es más frecuente en hombres que en mujeres. Provoca el deceso de la mitad de los pacientes a los tres meses del episodio y, solo un 20-25% de los afectados sobrevive manteniendo una buena capacidad funcional”.

Diferencias de género

En el estudio, los investigadores contaron con la participación de 245 mujeres y 270 varones con ictus hemorrágico que habían recibido tratados en el Hospital del Mar de Barcelona entre mayo de 2005 y abril de 2015.

Los resultados mostraron notables diferencias de género en relación a la edad de los pacientes, la localización del ictus, las causas y factores de riesgo del episodio, la gravedad del ictus y su la discapacidad asociada. Así, la edad promedio de los afectados fue más elevada en el caso de las mujeres –81 años, por 75 en los varones–; la localización del hematoma cerebral es más profunda en los varones, siendo en las mujeres más superficial y por lo general localizada en la zona lobular del cerebro; y el consumo de alcohol y tabaco, esto es, dos de los factores de riesgo más estrechamente asociados al desarrollo del ictus hemorrágico, fue mayor en los participantes del género masculino.

Es más; la prevalencia de otras enfermedades cardiovasculares como la cardiopatía isquémica o la patología arterial periférica fue también superior en los varones. Sin embargo, y con independencia del género del afectado, el detonante más común fue la hipertensión arterial.

Sea como fuere, la gravedad de las hemorragias, el volumen de los hematomas o la mortalidad a los tres meses del episodio resultaron similares tanto para las mujeres como para los varones, por lo que puede establecerse que las diferencias asociadas al género no ejercen ninguna influencia sobre el pronóstico de los pacientes.

– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Neurology’?

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