Las mujeres mayores que permanecen sentadas durante muchas horas y no realizan ejercicio de forma regular experimentan un envejecimiento celular acelerado. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) y publicado en la revista ‘American Journal of Epidemiology‘.
En palabras del doctor Aladdin Shadyab, director del estudio, “nuestros resultados evidencian que las células envejecen de una forma más rápida cuando se adopta un estilo de vida sedentario. En consecuencia, la edad cronológica no siempre coincide con la edad biológica”.
Para llevar a cabo el estudio, los autores contaron con la participación de 1.481 mujeres con edades entre los 64 y los 95 años que respondieron a distintos cuestionarios sobre sus hábitos de vida y llevaron un acelerómetro para registrar sus movimientos durante un total de siete días consecutivos.
Los resultados mostraron que los telómeros de las células de las mujeres que pasaban sentadas un mínimo de 10 horas diarias y practicaban poco ejercicio físico tenían una longitud notablemente inferior a los de las participantes más activas. Concretamente, y de acuerdo con la diferencia en la longitud de los telómeros, los autores pudieron observar que las células de las mujeres sedentarias tenían una edad biológica promedio hasta ocho años superior que la que les correspondería por su edad cronológica.
En este contexto cabe recordar que los telómeros son las regiones de ADN situadas en los extremos de los cromosomas para proteger al material genético frente a la degradación. Sin embargo, la longitud de los telómeros se va reduciendo progresivamente a lo largo de los años con cada división celular, por lo que es utilizada por los investigadores como un biomarcador para evaluar el grado de envejecimiento de las células de una persona.
Es más; como concluye el doctor Shadyab, “los resultados también muestran que los telómeros de las participantes que permanecían sentadas durante periodos más largos no tenían una longitud inferior en caso de que realizaran ejercicio al menos 30 minutos al día, tal y como establecen en sus recomendaciones las guías de práctica clínica. Así, la práctica de ejercicio debe iniciarse cuando somos jóvenes, y esta actividad física debe mantenerse como parte de nuestra rutina con el paso de los años, incluso una vez se llega a la edad de 80 años”.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘American Journal of Epidemiology’?