Como ya os hemos contado en entradas anteriores, queríamos encontrar al mejor cirujano que, con la mejor técnica, pudiera operar a nuestra pequeña y dimos el siguiente paso.

Una vez relatamos a la fisioterapeuta del equipo SIDI cómo fue la consulta en Madrid, ésta coincidía con nosotros en que pulgarizar el índice debía ser la última opción. En tres escasos días nos acompañó a la consulta de otra ‘fisio’ que no hacía mucho tiempo conoció en un congreso. Fue ese día y de mano de la persona que acabábamos de conocer cuando se empezó a barajar la posibilidad de que a Martina la viera un cirujano de nacionalidad italiana, con residencia en San Marino, y que de forma esporádica pasaba consulta en una importante clínica de Barcelona.