El próximo 18 de febrero la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) celebrará un curso en San Sebastián sobre “Climaterio y Menopausia”. A raíz de este encuentro, ASACO se ha querido poner en contacto con la Asociación, con el objetivo de conocer las últimas novedades relacionadas con la menopausia y su relación directa con el cáncer de ovario.
Según todos los estudios, el riesgo de padecer cáncer de ovario aumenta después de la menopausia; sin embargo, estamos detectando casos en mujeres cada vez más jóvenes que todavía no han alcanzado esta fase. ¿A qué cree que se debe?
La edad es el factor de riesgo más importante para padecer un cáncer. Probablemente, a medida que vamos envejeciendo, algunas herramientas moleculares capaces de corregir los errores que ocurren durante la división de las células, dejan de trabajar correctamente y ello provoca que la célula empiece a crecer de manera descontrolada ocasionando un cáncer. En concreto, en el caso del cáncer de ovario su incidencia empieza a aumenta a partir de los 35-39 años con un pico de máxima incidencia a los 80 años.
En este sentido, ¿qué recomendaría a una mujer joven que está afrontando esta situación de menopausia precoz?
La menopausia precoz se diagnostica cuando los ovarios dejan de funcionar o tienen que ser extirpados quirúrgicamente, antes de que la mujer cumpla los 40 años y es una situación que se acompaña de numerosos problemas médicos que requieren de la ayuda médica para su prevención o alivio. Por un lado, algunas de estas mujeres no han completado aún su fertilidad y precisan de técnicas de reproducción asistida para conseguir una gestación. Por otro lado, el cese de la función hormonal del ovario se acompaña de síntomas que alteran la calidad de vida de estas mujeres y la sitúan en una posición de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis y los problemas psicológicos y/o de alteración de la función sexual
Aquellas mujeres jóvenes que han padecido cáncer de ovario y que ahora tienen menopausia sufren a menudo mareos, vértigos, dolores de articulaciones…¿Es algo habitual? ¿Existe alguna alternativa a la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS)?
Los hábitos de vida saludable con una dieta mediterránea rica en calcio, el ejercicio físico y algunas técnicas de relajación como el yoga han demostrado ser de gran utilidad. Diversos tratamientos como la gabapentina, lo inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o la clonidina se han mostrado eficaces para controlar los sofocos. También hay fármacos para prevenir las fracturas por osteoporosis que pueden ayudar. Nuevos fármacos muy prometedores en la esfera sexual no han incluido a pacientes con cáncer de ovario dentro de los ensayos clínicos necesarios para su comercialización, por lo que no existen datos en este campo.
¿Tiene la AEEM algún proyecto específico relacionado con el estudio de la menopausia precoz causada por cáncer de ovario?
En este momento existe un estudio multicéntrico liderado por la Dra. Miesericordia Guinot sobre la menopausia precoz, pero que incluye todas las causas que la provocan y no sólo el cáncer de ovario.
Hemos leído en varias ocasiones que el comienzo de la menstruación antes de los 12 años o la aparición de la menopausia después de los 50 años constituyen también factores de riesgo para padecer cáncer de ovario, ya que la mujer está expuesta a altos niveles de estrógenos durante más tiempo. ¿Qué podría decirnos al respecto?
No parece estar en relacionado con los niveles hormonales sino más bien con el número de ovulaciones y por ello se explica el papel protector de los anticonceptivos en el cáncer de ovario
Algunos estudios recientes sugieren que las mujeres que usan estrógenos después de la menopausia tienen un riesgo aumentado de cáncer de ovario. ¿Conoce estas investigaciones?
Se trata de un metanálisis publicado en el año 2015 que incluía datos de estudios observacionales ya conocidos y en el que tuvo gran peso dos estudios realizados en el Reino Unido y en Dinamarca que encontraron una asociación entre la terapia hormonal y un leve aumento del riesgo de dos tipos de cáncer de ovario: el seroso y el endometrioide, pero una disminución de los cánceres mucinosos de ovario. Sin embargo, en el estudio más conocido sobre el riesgo de la terapia hormonal, el Women Health Initiative, no se detectó ningún aumento del riesgo de cáncer de ovario después de 5 años de terapia hormonal.
La posición de nuestra Sociedad sobre el uso de la Terapia Hormonal en la menopausia sigue siendo la misma: la terapia hormonal debería de usarse solo en aquellos casos en que esté indicada y bajo supervisión médica.
El sangrado vaginal y las alteraciones en el ciclo menstrual son algunos de los síntomas del cáncer de ovario. ¿Son los ginecólogos y médicos de atención primaria conscientes de ello? ¿Hay suficiente información?
Desde luego, los ginecólogos somos muy conscientes de él. Sabemos que aunque no es el tumor ginecológico más frecuentes sí que es el que suele diagnosticarse en estadios más avanzados y que ocasiona una gran mortalidad. No olvidados que los síntomas clínicos que provoca suelen ser inespecíficos y que su diagnóstico precoz es difícil de realizar.
Ustedes, como Asociación, ¿tienen relación directa con los profesionales dedicados a la ginecología oncológica? ¿Cree que hay suficiente concienciación?
Nuestra Sociedad siempre ha considerado siempre seriamente esta patología y en todos nuestros congresos hay especialistas en este campo con los que intercambiamos información y conocimientos.
La sexualidad es algo que preocupa a las mujeres que han padecido cáncer de ovario. En estas jornadas se abordará la cuestión sobre el binomio sexualidad y menopausia. ¿Podría avanzarnos algo?
La sexualidad es una parte importante dentro de la calidad de vida de la mujer menopáusica, tenga un cáncer de ovario o no. Constituye un aspecto básico dentro de las relaciones de pareja y los cambios hormonales de la menopausia afectan al deseo sexual, la elasticidad de la vagina o las secreciones vaginales. En el momento actual se trabaja con gran interés en este campo y existen avances interesantes tanto en el modo en que estos temas se abordan en la consulta médica como en el desarrollo de nuevos fármacos para mejorar el deseo sexual o aliviar los problemas del denominado síndrome urogenital de la menopausia.
Por último, nos gustaría saber cuáles son los últimos avances relacionados con los tratamientos. ¿Le gustaría destacar o subrayar alguna innovación?
Este mismo mes de enero se empieza a comercializar en España un nuevo fármaco por vía oral para la atrofia vaginal que ya se usa en EEUU con buenos resultados, también esperamos que se comercialicen otros fármaco para el alivio de los síntomas y prevención de patologías denominado TSEC que presenta un novedoso modo de actuación y parece que otra terapia oral para mejorar la libido femenina podría también comercializarse en Europa en los próximos meses