La solidaridad de 1.777 donantes que cedieron sus órganos tras fallecer y de 268 personas que donaron un riñón o parte de su hígado en vida ha permitido que el pasado 2020 se realizaran en nuestro país 4.425 trasplantes de órganos. Todo ello a pesar de las enormes dificultades derivadas de la pandemia. Así lo muestran los datos presentados por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y el Ministerio de Sanidad, que si bien revelan una reducción del 18,8% en la actividad trasplantadora y un descenso del 22,8% en la donación con respecto a 2019, confirman el liderazgo mundial de nuestro país por vigesimonoveno año consecutivo.

Como destaca Sanidad, “es relevante resaltar que, aun en plena crisis sanitaria, la tasa de donación de nuestro país es muy superior a la del resto de países en época prepandémica. La COVID-19 ha impactado en todas las áreas, pero ha puesto de manifiesto la fortaleza de España en el ámbito de la donación y el trasplante”.

Concretamente, y frente a la tasa de 37,4 donantes por millón de población (p.m.p.) alcanzada en 2020 en nuestro país, Alemania registró en 2019 un índice de 11,3 p.m.p., Australia de 21,8 p.m.p., Canadá de 22,2 p.m.p., Francia de 29,4 p.m.p., Italia de 25,3 p.m.p., Estados Unidos de 36,1 p.m.p., Reino Unido de 24,7 p.m.p. y el conjunto de la Unión Europea de 22,5 p.m.p.

Récord de trasplantes infantiles

El pasado año se realizaron en nuestro país 2.700 trasplantes renales, 1.034 hepáticos, 336 pulmonares, 278 cardíacos, 73 de páncreas y 4 intestinales. Además, la actividad de trasplante de donante vivo también se mantuvo con un total de 257 renales y 11 hepáticos.

Es más; la cifra de trasplantes infantiles ascendió a 197, lo que supone un récord de actividad pediátrica en la historia de la ONT.

Por su parte, hasta nueve comunidades autónomas superaron los 40 donantes por millón de personas (p.m.p.). Concretamente, la clasificación viene liderada un año más por Cantabria (65,5 p.m.p.), seguida de Navarra (52,3), Canarias (51,5), País Vasco (51,4) y Murcia (51,0). Además, y según los datos de la ONT, “han sido 1.125 los pacientes trasplantados gracias al intercambio de órganos entre comunidades, lo que supone un 27,8% del total. A su vez, el 8,1% de los trasplantados han recibido el órgano fuera de su comunidad de residencia. Ambos datos ponen de manifiesto el papel cohesionador del Sistema Español de Trasplantes”.

Sin embargo, como indica Sanidad, a pesar de la gran actividad trasplantadora, persiste un número importante de pacientes en lista de espera. A 31 de diciembre de 2020 ésta se situaba en 4.794 pacientes. De ellos, 92 son niños.

En este contexto cabe referir que el descenso de actividad se produjo fundamentalmente durante la primera ola de la COVID-19 –marzo-mayo de 2020–, momento hasta el cual la donación y el trasplante mantenían un ritmo ascendente, demostrando la eficacia de las medidas del Plan Estratégico ‘50×22’ puesto en marcha por la ONT. De hecho se estima que el Plan, cuyo objetivo es alcanzar los 50 donantes p.m.p. y superar los 5.500 trasplantes en 2022, ya se habría conseguido en 2020 de no haber sido por la pandemia, que provocó una sobrecarga del sistema sanitario y de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), volcados en los pacientes COVID-19.

Como indica Silvia Calzón, secretaria de Estado de Sanidad, “no debemos olvidar que solo entre el 1% y el 2% de las personas que fallecen en un hospital lo hacen en condiciones de ser donantes y lo hacen en las UCI, unidades que han estado muy saturadas, sobre todo en los momentos más críticos de la epidemia”. Un segundo motivo que explica el descenso de actividad está relacionado con la seguridad de los pacientes y la preocupación por el impacto que la infección COVID-19 podría tener en los receptores de un trasplante.

Donación en asistolia

La donación en asistolia se afianza como la vía más clara de expansión del número de trasplantes, con un total de 621 donantes. En la actualidad, el 35% de los donantes lo son en asistolia, y más de 120 hospitales en todo el país están ya acreditados para este tipo de donación.

Por el contrario, los donantes fallecidos por accidentes de tráfico se sitúan en un 4,5%, uno de los más bajos de la última década.

Asimismo, los datos de 2020 confirman el envejecimiento progresivo de los donantes. Y es que, por octavo año consecutivo, más de la mitad (54,1%) supera los 60 años. Y, además, casi la tercera parte tiene más de 70 años y el 5,4% más de 80. De hecho, la edad máxima de un donante efectivo se sitúa en 90 años, lo que ha permitido realizar un trasplante de hígado y dos renales.

Finalmente cabe destacar que la tasa de negativas familiares es de únicamente un 14% –y de un 10% en el caso de los donantes en asistolia.