15/04/2013 | VADEMECUM ESPECIALIDADES

«Los estudios sobre costes laborales de migraña crónica sólo tienen
en cuenta los gastos directos (30-40% de los costes totales)»

Dra. Teófila Vicente Herrero. Grupo de
Investigación en Medicina del Trabajo (GIMT), Grupo de Neurología, Asociación
Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT)

En torno al 2% de la
población española sufre migraña crónica. ¿Qué impacto tiene esta enfermedad
en términos de costes laborales?

Establecer los costes laborales de la Migraña Crónica (MC) es muy
complicado porque en su mayor parte los criterios de incapacidad laboral
giran en torno a los códigos CIE, que son de migraña clásica o migraña común.
Además, aventurarse a hablar de costes en estos momentos en cualquier
patología es hacer un brindis al sol, ya que los costes de cualquier
enfermedad se separan en dos grandes grupos: los costes directos y los costes
indirectos.

Los costes directos se asocian a consultas, gasto en fármacos, pruebas
complementarias, etc., es decir, lo que son los costes sanitarios, y
representan aproximadamente entre el 30 o el 40% del total del coste de una
patología. Pero justo la parte más voluminosa (60/70%), son los costes
indirectos, que son los asociados al coste laboral, tanto por pérdidas de
jornada como por incapacidad temporal. Precisamente en ese bloque no hay
estudios publicados ni de migraña crónica ni de otras muchas patologías y los
estudios actuales se centran solo en los costes sanitarios (básicamente
estimando consumo de fármacos), no teniendo en cuenta las bajas laborales
(costes indirectos)

 

A pesar de que se trata de una enfermedad severamente discapacitante,
existen pocas opciones terapéuticas para su tratamiento, ¿no es así?

Opciones terapéuticas hay varias, otra cosa es la respuesta que cada
determinada persona tenga para cada opción y sobre todo, en nuestro caso (en
el caso de los médicos de trabajo), nos interesa tanto la efectividad de los
tratamientos como los posibles efectos adversos que estos tratamientos
pueden tener para el trabajador que está llevando una vida laboral activa.

 

Últimamente se presta mayor atención a los beneficios en el paciente que
pueden mostrar algunos tratamientos farmacológicos preventivos. ¿Cuáles son
los tratamientos preventivos más empleados? ¿Y los más novedosos?

 

En línea con la anterior respuesta, la aportación que ha supuesto la
introducción de la toxina botulínica supone una opción de tratamiento
preventivo muy favorable porque en aquellos casos en que los fármacos estaban
ocasionando efectos adversos limitantes para el trabajo, la toxina botulínica
supone una opción muy interesante que conviene considerar.

 

Aparte de la toxina botulínica tipo A encontramos también otros fármacos
–los clásicos- empleados de manera preventiva en migraña crónica como pueden
ser los betabloqueantes, neuromoduladores o antiepilépticos, los antagonistas
del calcio, los antidepresivos, el apoyo que suponen también los ansiolíticos
y relajantes… es decir, todo el grupo de fármacos que se utiliza también como
tratamientos preventivos en la migraña clásica.

 

Como mencionaba, el uso de OnabotulinumtoxinA (toxina botulínica A)
comienza a ser indicado como tratamiento farmacológico preventivo en migraña
crónica. ¿Cómo debe emplearse esta terapia preventiva?

El primer punto desde el que habría que partir sería el del conocimiento
por parte de los profesionales médicos de esta nueva técnica. Se trata de un
tratamiento poco conocido y los médicos facultados para su prescripción
deberían tener mayor conocimiento sobre esta novedad para valorar, al igual
que ocurre con el resto de fármacos, los pros y los contras de su uso, ya que
este tratamiento no está exento de efectos adversos, aunque sí es verdad que
es una opción muy buena para cuando el paciente no tolera o no responde bien
a otro tipo de tratamiento.

 

FUENTE;: VADEMECUM.ES