En palabras del doctor Alan Brown, director del estudio, “el nuestro es el primer trabajo basado en un biomarcador en el que se evidencia la relación entre la exposición fetal a la nicotina y la esquizofrenia. Y para ello, hemos utilizado la mayor muestra de casos de esquizofrenia empleada hasta la fecha en una investigación de estas características”.
Aumento del riesgo
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron los historiales médicos de 977 pacientes con esquizofrenia nacidos entre los años 1983 y 1998 y los compararon con los de 977 participantes que, con la misma edad y características demográficas, no habían sido diagnosticados de este trastorno mental. Todos los participantes habían sido incluidos en el Estudio Prenatal Finés de Esquizofrenia y en la Cohorte Finesa de Maternidad, trabajos en los que además de un seguimiento de sus madres durante el embarazo se almacenaron más de un millón de muestras de sangre de las gestantes tomadas durante el primer y segundo trimestre de la gestación.
Los resultados mostraron que hasta un 20% de las madres cuyos hijos acabaron desarrollando el trastorno fumaron de forma habitual durante el embarazo. Un porcentaje que, en el caso de las mujeres que fumaron pero cuyos descendientes no fueron diagnosticados de esquizofrenia, se estableció en el 14,7%. En consecuencia, el tabaquismo durante el embarazo se asocia a un mayor riesgo de que el hijo acabe sufriendo esquizofrenia, riesgo que es hasta un 38% superior en los casos en los que el consumo de cigarrillos es abusivo.
Como concluye el doctor Brown, “nuestro estudio ofrece la evidencia más concluyente alcanzada hasta la fecha sobre la asociación entre la esquizofrenia y el hábito tabáquico en el embarazo”.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘The American Journal of Psychiatry’?
– A día de hoy, 5 asociaciones de pacientes dedicadas a la esquizofrenia son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?
