Los varones jóvenes fumadores o ex fumadores tienen un riesgo casi dos veces superior de padecer un ictus isquémico que aquellos que nunca han fumado. Un incremento del riesgo de accidente cerebrovascular asociado al tabaco que, además, depende de la dosis. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland en Baltimore (Estados Unidos) y publicado en la revista ‘Stroke‘, órgano oficial de la Asociación Americana del Corazón (AHA).
En palabras de la doctora Janina Markidan, directora del estudio, “el mensaje clave que se deriva de nuestro trabajo desarrollado con varones que aún no han cumplido los 50 años de edad es que a mayor consumo de cigarrillos mayor es el riesgo de sufrir un ictus”.
Riesgo dosis-dependiente
La investigación fue llevada a cabo con la participación de 615 varones con edades comprendidas entre los 15 y los 49 años que habían sufrido un ictus isquémico durante los tres años previos a su inclusión y de 530 varones que, de la misma edad, no habían sido diagnosticados de ninguna enfermedad cardiovascular.
Los autores incluyeron a los participantes en tres grupos en función de su hábito tabáquico: ‘no fumadores’, en el que se integraban los participantes que jamás habían consumido un cigarrillo; ‘ex fumadores’; y ‘fumadores activos’. Además, los participantes de este último grupo fueron a su vez divididos en función de su consumo diario de tabaco: de 1 a 11 cigarrillos al día; de 11 a 20; de 21 a 39; y más de 40.
Los resultados mostraron que, en comparación con aquellos que nunca fumado, los varones jóvenes que seguían fumando presentaban un riesgo hasta un 88% superior de padecer un ictus isquémico. Además, este riesgo frente a los no fumadores se incrementó según aumentaba su consumo de tabaco: un 46% superior en caso de fumar 11 o menos cigarrillos al día; y hasta cinco veces mayor –es decir, un 500% más– para los que consumían un mínimo de dos cajetillas diarias.
Por tanto, y de manera similar a como ya se había constatado en el caso de las mujeres, el tabaco también incrementa de forma muy significativa el riesgo de accidente cerebrovascular en los varones jóvenes. Así, como concluye la doctora Markidan, “el objetivo debe ser que estos varones jóvenes dejen de fumar definitivamente. Sin embargo, y en caso de que pudieran reducir su consumo diario de cigarrillos, también disminuirían su riesgo de accidente cerebrovascular”.
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