El hábito tabáquico conlleva un deterioro de las funciones cognitivas de las personas de mediana edad. Como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del King’s College de Londres (Reino Unido) y publicado en la revista Age and Aging, el hábito tabáquico deteriora la memoria, el aprendizaje y el razonamiento incluso en mayor medida que la hipertensión arterial o la obesidad.
Como explica de manera contundente el Dr. Alex Dregan, director de la investigación, «fumar pudre el cerebro; la gente debe tener presente que los estilos de vida poco saludables pueden dañar no solo el cuerpo, sino también la mente«.
Función cognitiva y riesgo CV
Para llevar a cabo el estudio, diseñado para evaluar la relación entre los factores de riesgo cardiovascular y el deterioro cognitivo, los investigadores contaron con la participación de 8.780 británicos con edades superiores a los 50 años. Todos los participantes fueron sometidos a distintos test cognitivos en el comienzo del estudio, así como a los cuatro y a los ocho años de seguimiento.
Los resultados mostraron una clara asociación entre el deterioro cognitivo y el riesgo de sufrir un episodio cardiovascular –un infarto o un ictus–. Y asimismo, que las peores puntuaciones en las pruebas cognitivas fueron obtenidas por los participantes fumadores.
En palabras del Dr. Dregan, «si bien el deterioro cognitivo se vuelve más común con la edad, se han identificado una serie de factores de riesgo que pueden estar asociados con el deterioro cognitivo acelerado; riesgo que, por tanto, podría ser modificado y posibilitaría la evitación de enfermedades como la demencia«.
Malo para el corazón… y para el cerebro
Sea como fuere, y como destaca el Dr. Simon Ridley, de Alzheimer’s Research UK, «el estudio ha vinculado repetidamente al tabaquismo y la hipertensión arterial con un mayor riesgo de deterioro cognitivo; en consecuencia, las personas deben cuidar su salud cardiovascular a partir de la mediana edad».
Como recuerda el Dr. Ridley, «una de cada tres personas mayores de 65 años acabará desarrollando demencia y fumar no es solo nocivo para el cerebro, también es malo para el corazón». Por todo ello, como concluye el experto, «debe recomendarse una dieta equilibrada, mantener un peso saludable y realizar ejercicio regularmente».
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Age and Aging’?
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