«Sentí como si mil agujas ardientes atravesaran mi piel, acompañadas por una sensación de quemazón insoportable que no me permitía ni siquiera dormir. Trabajar, imposible. Cada movimiento era una agonía», relata Piedad. Ella fue diagnosticada de herpes zóster el pasado mes de noviembre. Según estimaciones, 1 de cada 3 personas de entre 50 y 90 años va a presentar un episodio de herpes zóster a lo largo de su vida.

herpes zoster

Este virus se considera una enfermedad relativamente benigna en la mayoría de los casos. Sin embargo, el herpes zóster puede presentar complicaciones graves. Algunos de los riesgos más graves asociados con el herpes zóster incluyen: neuralgia postherpética, compromiso de los nervios craneales o infecciones secundarias como la meningitis.

Ser consciente de los riesgos graves asociados al herpes zóster es fundamental para tomar medidas preventivas, reconocer los síntomas tempranos, buscar atención médica oportuna y recibir un manejo adecuado del dolor y las complicaciones. Esto puede ayudar a minimizar el impacto de la enfermedad y mejorar el pronóstico a largo plazo para las personas afectadas. Sin embargo, un amplio porcentaje de personas subestima su riesgo. Así ha quedado de manifiesto en una encuesta realizada, con el patrocinio de GSK, a a 3.500 adultos mayores de 50 años en 12 países en la que se ha evaluado el conocimiento de los participantes acerca del herpes zóster, sus desencadenantes y su impacto en la vida de las personas.

Los hallazgos muestran que una amplia proporción de los encuestados no es consciente del riesgo que supone desarrollarlo: un 86% lo subestima. Una cuarta parte (26 %) estima que 1 de cada 100 personas corren riesgo de contraer herpes zóster a lo largo de su vida, casi una quinta parte (17 %) piensa que es 1 de cada 1.0004, y casi la mitad (49 %) cree que es poco probable que desarrolle la culebrilla.

Los resultados de la encuesta también muestran una falta de concienciación sobre el dolor que puede causar la culebrilla. La enfermedad generalmente se presenta con ampollas, que pueden ser dolorosas, afectando de manera más frecuente al tórax, cara y cabeza; a menudo se describe como una sensación de ardor, punzante o similar a una descarga eléctrica.

Sin embargo, uno de cada diez adultos encuestados no conoce los síntomas más comunes del herpes zóster y más de una cuarta parte (28 %) cree que esta enfermedad es «inofensiva».

“Hay muchas dudas en torno al herpes zóster y muchos pacientes tienen la idea equivocada de que es únicamente una erupción cutánea autolimitada, y es mucho más que eso. El herpes zóster puede causar complicaciones de diversa gravedad, desde complicaciones como la sobreinfección de las lesiones hasta complicaciones a nivel del sistema nervioso como ictus, sordera, afectación de fibras nerviosas… siendo la complicación más frecuente la neuralgia postherpética, la cual aparece en el 10 % de los pacientes que sufren herpes zóster y, dentro de éstos puede llegar a aparecer hasta en un 50 % de los pacientes mayores de 60 años y en un 75 % de los mayores de 70 años”, indica Raquel Alfaro, especialista de Medicina Familiar y Comunitaria en el Servicio Andaluz de Salud y secretaria del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas, Migrante, Vacunas y Actividades Preventivas (IMVAP) de SEMERGEN.

Más educación sobre el herpes zóster

El hecho de haber sufrido un herpes zóster no supone inmunidad para volver a padecerlo de nuevo. Sin embargo, esta idea también sigue siendo una de las confusiones más extendidas entre la sociedad.

Dada esta situación, los profesionales abogan por fortalecer nuestros esfuerzos educativos sobre el riesgo y el impacto del herpes zóster. Así lo ha pedido Roxana Biadei, policy and advocacy Program Lead en IFA. De hecho, los datos de búsqueda global de Google confirman esta afirmación. Y es que, una revisión de estos datos durante 12 meses a partir de septiembre de 2022 muestra un aumento del 70% en las búsquedas de “¿se contagia el herpes zóster mediante el contacto o mediante el aire?». Esto resalta el creciente interés en esta patología y, a su vez, la falta de entendimiento sobre la enfermedad.

La encuesta también investigó a qué medios recurren los participantes para consultar información relacionada con su salud, más del 40 % recurre con regularidad a redes sociales como Facebook e Instagram. Y casi un tercio utiliza navegadores de Internet como Google al menos una vez a la semana para obtener este tipo de información, en comparación con la frecuencia con la que acuden a sus médicos.