La adopción de un Plan de Inversión en Sanidad que, a lo largo de los próximos cinco años (2021-2025), aumentase de manera estable sus recursos en dos puntos en relación al producto interior bruto (PIB), podría llegar a generar un incremento de hasta 427.000 millones de euros en el PIB entre los años 2025 y 2040. Así lo muestran los resultados del informe ‘Inversión en sanidad: la vía española hacia la prosperidad’, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (Afi) con el apoyo de Fundación Farmaindustria.
Como destacan los autores del informe, “los efectos positivos de este Plan contribuirían a reforzar el sistema sanitario que, sin duda, es uno de los principales pilares de la economía de nuestro país y uno de los más eficaces instrumentos de cohesión social y territorial. Más si cabe en unas circunstancias como las actuales, en las que la pandemia ha centrado la atención en la capacidad de resiliencia del sistema”.
La crisis generada por la pandemia ha demostrado que la influencia del sector sanitario sobre la economía y el bienestar social va mucho más allá de su peso en magnitudes agregadas como el empleo, el valor añadido o la inversión. La inversión en el sector sanitario es, además de un potente generador de beneficios económicos, un instrumento eficaz para la redistribución de la renta y, de esta forma, acercar a la población a la igualdad de oportunidades.
Inversión, no gasto
Como apunta Emilio Ontiveros, presidente de Afi, “la crisis de la COVID-19 ha dejado múltiples lecciones, pero quizás la más importante es la necesidad de fortalecer los sistemas sanitarios”. De hecho, la recuperación, que se irá afianzando a medida que se vaya superando la pandemia y que irá de la mano de los Fondos Europeos (NGEU), se asentará sobre tres grandes ejes: digitalización, sostenibilidad y salud.
Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, recuerda que “con la pandemia hemos constatado hasta qué punto salud, economía y bienestar social están ligados. España lleva bastantes años invirtiendo en sanidad menos que los países de su entorno, y esta situación hay que revertirla si queremos estar preparados para futuras emergencias, pero también para afrontar el gran reto que suponen el envejecimiento y la cronicidad y la incorporación de los avances tecnológicos. Y para hacerlo y hacerlo bien tenemos que ver esta apuesta como lo que es, una inversión, como constata este informe, y no como un gasto”.
427.000 millones de euros
El informe muestra que la priorización en la inversión en capital humano, mejorando la calidad y cantidad del factor trabajo, así como la implementación de reformas estructurales con el objetivo de reforzar la prevención, la eficiencia y los mecanismos de generación y difusión de conocimiento en materia de salud, tendrían un efecto positivo con un aumento sobre la tasa crecimiento del PIB de 0,25 puntos porcentuales a lo largo del período comprendido entre 2025 y 2040. O lo que es lo mismo, 427.000 millones de euros.
Concretamente, este impacto se materializaría a través de tres mecanismos: ampliación de la fuerza laboral con programas de prevención y con la inversión necesaria en investigación de nuevos tratamientos; mejora del estado de salud de los trabajadores para aumentar su productividad; y mejora del estado de salud que permitiera alargar la vida laboral de muchos trabajadores. Teniendo en cuenta estos tres canales, el PIB podría llegar a ser un 4% más alto en 2040.
Así, y con objeto de articular las inversiones del Plan, el informe detalla una serie de medidas concretas orientadas a mejorar la eficiencia y coordinación dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), potenciando sus capacidades de generación de conocimiento y actividad industrial y contribuyendo a reforzar tres áreas prioritarias como son la atención primaria, la salud pública y la inversión en capital humano y tecnológico.
El informe señala que por cada euro invertido en investigación sanitaria, tanto pública como privada, la economía genera 1,6 euros de valor añadido de manera directa, indirecta e inducida. Además, cada millón de euros invertido en este sector contribuye a la generación y mantenimiento de más de 15,6 empleos. Por otro lado, la inversión en investigación sanitaria genera efectos tractores que trascienden las ramas productivas más asociadas con la sanidad, impulsando la actividad de servicios especializados, comerciales e industriales, entre otros.
Para leer el informe completo pinche aquí.