Los adolescentes que mantienen una buena condición física y no presentan un exceso de peso tienen un menor riesgo de padecer un infarto de miocardio durante su tercera y cuarta década de vida. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Umeå (Suecia) y publicado en la revista European Heart Journal, órgano oficial de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
En palabras del doctor Peter Nordström, “nuestros resultados muestran que la una alta capacidad aeróbica en la adolescencia puede reducir el riesgo de sufrir un ataque al corazón en el futuro. Y de la misma manera, también muestran que es más importante no tener sobrepeso u obesidad que estar en forma y que, al mismo tiempo, es todavía mejor estar en forma y tener un peso normal”.
El sobrepeso aumenta el riesgo
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron los historiales médicos realizados a 743.498 varones suecos a la edad de 18 años con motivo de su ingreso en el servicio militar entre los años 1969 y 1984. Durante los 34 años de seguimiento del estudio tuvieron lugar un total de 11.526 infartos.
Los resultados mostraron que un incremento de un 15% de la capacidad aeróbica en la adolescencia tardía se asociaba con una reducción del 18% del riesgo de sufrir un infarto de miocardio durante la tercera década de vida y del 35% una vez cumplida la edad de 40 años.
Sin embargo, el estudio también mostró que el riesgo de infarto era mayor en los varones que, aun practicando ejercicio físico, presentaban exceso de peso –sobrepeso u obesidad– durante la adolescencia que en aquellos que, si bien sedentarios, mantenían un peso normal.
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