Los consumidores de cocaína tienen una tasa de mortalidad hasta 5,1 veces superior a la de la población general. Una mortalidad que, en el caso de aquellos que consumen heroína además de cocaína, es hasta 14,3 veces mayor. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) y publicado en la revista ‘Journal of Substance Abuse Treatment’.

En palabras del doctor Gregorio Barrio, co-autor de la investigación, “el exceso de mortalidad observado en el estudio podría deberse al consumo de cocaína o heroína, pero también a otros factores cuya distribución, caso de los trastornos mentales o de las condiciones sociales, puede ser diferente a la de la población general”.

Mayor mortalidad

La mortalidad directamente asociada al consumo de cocaína o heroína resulta difícil de estimar. Y es que el fallecimiento de los consumidores se suele certificar de acuerdo a la causa inmediata del deceso, por lo general un problema de salud que, si bien atribuible al consumo, tiene un carácter inespecífico –caso, entre otros, del infarto de miocardio o del suicidio.

Por ello, los investigadores analizaron los historiales médicos de 11.905 consumidores de cocaína y de 8.825 consumidores de heroína y cocaína que, con edades comprendidas entre los 15 y los 49 años, fueron admitidos a tratamiento por abuso o dependencia de sustancias psicoactivas en centros de Madrid y Barcelona entre los años 1997 y 2007.

Comparada la situación de los participantes con la del registro general de mortalidad del período 1998-2007, los resultados muestran una tasa de fallecimientos hasta 5,1 veces superior asociada al consumo de cocaína y de 14,3 veces mayor en el caso del policonsumo.

Es más; el incremento de mortalidad es mayor entre las mujeres que consumen cocaína –8,6 veces superior en las mujeres por 3,5 veces en los varones– pero no heroína.

Sin embargo, como explica el doctor Barrio, “estos datos no significan que las consumidoras de cocaína tengan un riesgo de muerte significativamente más alto que sus colegas varones, sino que el aumento relativo del riesgo de las consumidoras de cocaína con respecto a las mujeres de la población general de su misma edad es más elevado que el incremento relativo de los consumidores con respecto a los hombres de la población general”.