La dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra (AOVE) y sin restricciones calóricas reduce el riesgo de diabetes mellitus tipo 2 en la población mayor con un riesgo cardiovascular elevado. Así lo muestra un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona y publicado en la revista Annals of Internal Medicine.
En palabras del doctor Jordi Salas-Salvadó, director de la investigación, “un patrón dietético saludable como el mediterráneo es capaz, por sí solo, de prevenir la diabetes”.
Un beneficio, por tanto, que se consigue sin una restricción calórica en la dieta, un incremento de la cantidad de ejercicio físico o una disminución del peso corporal.
Menor riesgo de diabetes
Distintos estudios han demostrado cómo los estilos de vida que inducen una pérdida de peso disminuyen en hasta un 50% el riesgo de diabetes. Así, los investigadores diseñaron el nuevo estudio para evaluar si la dieta mediterránea también podía reducir, con independencia de sus calorías, la práctica de ejercicio físico o la pérdida de peso corporal, la incidencia de diabetes.
Para ello, los 3.541 participantes sin diabetes, alto riesgo cardiovascular y una edad comprendida entre los 55 y los 80 años fueron asignados a tres grupos de alimentación diferentes: dieta mediterránea suplementada con AOVE; dieta mediterránea suplementada con frutos secos; o dieta control baja en grasas. Además, los investigadores solicitaron a todos los participantes que no restringieran su ingesta calórica ni aumentaran su actividad física.
Transcurridos los 4 años de estudio, la cifra de nuevos diagnósticos de diabetes para los participantes que siguieron la dieta mediterránea suplementada con AOVE fue de 80; de 92 para los de la dieta mediterránea suplementada con frutos secos; y de 101 para aquellos con una dieta baja en grasas.
Por tanto, y comparada frente a la dieta baja en grasas, la dieta mediterránea se asocia con una reducción del riesgo de diabetes del 40% para la suplementada con AOVE y del 18% para aquella con frutos secos.
En definitiva, y a la luz de las evidencias, los autores concluyen que “la dieta mediterránea puede tener implicaciones para la salud pública en cuanto a la prevención de la diabetes”.
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