La dieta mediterránea se asocia, como han mostrado numerosos estudios, con numerosos beneficios para la salud, caso de una reducción de los riesgos de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares o cáncer de mama. Y de acuerdo con una nueva investigación llevada a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y publicado en la revista British Medical Journal (BMJ), la dieta mediterránea también se asocia con una mayor longitud de los telómeros –o lo que es lo mismo, con una mayor esperanza de vida.

Concretamente, los telómeros son secuencias repetitivas de ADN localizadas en los extremos de los cromosomas y que se acortan con cada división celular. Así, los telómeros más cortos se asocian, según multitud de estudios, con una menor esperanza de vida y con un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Por el contrario, los telómeros más largos se vinculan con una mayor longevidad.

En este contexto, como refiere la doctora Immaculata De Vivo, directora de la investigación, “nuestros resultados muestran que una mayor adherencia a la dieta mediterránea se asocia con telómeros más largos. Así, nuestros hallazgos secundan los beneficios de la adherencia a este tipo de alimentación para promover tanto la salud como la longevidad”.

Mayor esperanza de vida

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores evaluaron los hábitos alimenticios y la longitud de los telómeros de 4.746 mujeres sanas participantes en el ‘Nurses’ Health Study’.

Los resultados mostraron que una mayor adherencia a la dieta mediterránea e, incluso, pequeños cambios en la dieta, se asociaron con telómeros más largos. Como resaltan los autores, “nuestros resultados demuestran que la alimentación saludable, en general, se asocia con telómeros más largos. Sin embargo, la asociación más fuerte se observó entre las mujeres que siguieron una dieta mediterránea”.

Sin embargo, el estudio no ha podido identificar qué componentes de la dieta favorecen esta asociación. Por ello, como concluye la doctora De Vivo, “se requieren investigaciones futuras dirigidas a determinar qué componentes de la dieta mediterránea están impulsando esta relación, para así profundizar en el mecanismo biológico y proporcionar una base para una mayor educación pública sobre la elección del estilo de vida”.

– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘British Medical Journal’?