La edad avanzada del paciente no debe ser una contraindicación para realizar una intervención quirúrgica. Por el contrario, las circunstancias que deben ser tenidas en cuenta para que un paciente mayor sea o no operado son su grado de fragilidad y los factores de riesgo de complicaciones –muy especialmente el hábito tabáquico y la presencia de depresión o de deterioro cognitivo–. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital St. Michael’s de Toronto (Canadá) publicado en la revista ‘BMC Medicine‘.

En palabras de la doctora Jennifer Watt, directora del estudio, “que la edad no constituya en realidad un factor de riesgo de complicaciones posoperatorias resulta sorprendente, pues es un factor que los médicos tienen por lo general en consideración para valorar el riesgo que tiene un paciente de desarrollar complicaciones tras su paso por el quirófano”.

En esta nueva revisión, los autores analizaron los resultados de 44 ensayos clínicos que incluían a más de 12.000 pacientes con una edad igual o superior a los 60 años y que habían sido sometidos a una intervención quirúrgica. Más concretamente se centraron en la tasa de complicaciones posoperatorias, la duración de la hospitalización, el índice de mortalidad posquirúrgica y el grado de deterioro funcional asociado a la cirugía en esta población.

Los resultados mostraron que la tasa de pacientes que habían sufrido una complicación tras someterse a una cirugía programada –es decir, no a una intervención de urgencia– se estableció en el 25%. Un hallazgo, por tanto, que contrasta con la negativa de muchos médicos a considerar el quirófano como una opción viable y segura para la población mayor.

Como explica la doctora Watt, “las personas mayores constituyen un grupo diverso de pacientes cuyo riesgo de complicaciones posoperatorias viene establecido no solo por su edad, comorbilidades o tipo de cirugía al que serán sometidas. Y en este contexto, la fragilidad, y no una mayor edad, se asoció con complicaciones posoperatorias porque esta fragilidad representa la edad biológica del paciente, que no su edad cronológica”. 

– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘BMC Medicine’?