Según el doctor Jason Richardson, director de la investigación, «nuestro estudio constituye una de las primeras investigaciones en las que se identifica un factor de riesgo ambiental fuertemente asociado con la enfermedad de Alzheimer. Y la magnitud del efecto es sorprendentemente grande, comparable en tamaño al factor de riesgo genético más común para la aparición tardía de la enfermedad».actor de riesgo ambiental
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron las concentraciones en sangre de DDE y su relación con el Alzheimer en 86 pacientes diagnosticados de la enfermedad y 79 sujetos control con edades similares.
Los resultados mostraron que los pacientes con Alzheimer presentaban concentraciones séricas de DDE hasta 3,8 veces superiores a las observadas en los participantes sanos.
La razón para esta relación entre el DDT –o su metabolito DDE– y la enfermedad podría explicarse, según apuntan los autores, «porque tanto el DDT como el DDE incrementan los niveles de la proteína precursora de amiloide, lo que supone un mecanismo plausible para comprender esta asociación».
Es más; los resultados también muestran que el genotipo de la apolipoproteína E (APOE) también influye en la relación entre DDT y Alzheimer. Concretamente, las personas portadoras del alelo ‘APOE4’ tienen un riesgo aún mayor de desarrollar la enfermedad ante la exposición al DDT.
Por tanto, concluyen los autores, «la identificación de las personas con altos niveles séricos de DDE y que portan el alelo ‘APOE4’ puede ayudar en la detección temprana de algunos casos de Alzheimer».
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘JAMA Neurology’?
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