A día de hoy, la prevalencia de hepatitis C en la población reclusa de nuestro país se establece en el 20% –en torno a 11.000 personas infectadas por el virus–. Y como apunta la FNETH, “a nadie le queda duda de que tienen exactamente el mismo derecho a ser tratados próximos a su centro de reclusión con los tratamientos más actuales, debiendo ser asistidos en las mismas condiciones que cualquier otro ciudadano libre, y más en este caso se debe aplicar el recién estrenado Plan Estratégico de Abordaje de la Hepatitis C”.
Curación de la población reclusa
El principal objetivo de esta iniciativa, que se desarrollará en colaboración con la Asociación de Médicos de Asistencia Penitenciaria del Ministerio del Interior y con el visto bueno de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, es dar a conocer la enfermedad a todas las personas pertenecientes al colectivo.
Como explica la FNETH, “existe un alto porcentaje de reclusos afectados que por indiferencia, falta de conocimiento, incluso estigma, tanto interno como externo entre sus familiares, no tienen interés en ser tratados”.
Y en este contexto, y entre otros inconvenientes, “muchos reclusos se rehúsan a ser trasladados desde su centro penitenciario a un único centro de reclusión en Madrid, para recibir el respectivo tratamiento que tendría un año de duración en el caso de los antiguos medicamentos y tres meses con los más avanzados”, indica la Federación.
Así, “una buena información, conocimiento del desarrollo de la enfermedad y una clara definición de sus derechos, es fundamental en este momento para la curación de este importante colectivo, que de lo contrario podría representar un problema de salud pública cuando recuperen la libertad”, concluye la FNETH.
– A día de hoy, la Associació Catalana de Malalts d’Hepatitis (ASSCAT), la Organización Nacional de Afectados por Hepatitis Virales (ONAH) y la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), asociaciones de pacientes dedicada a las enfermedades del hígado, ya son miembros de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?
