En los últimos años, España ha logrado una notable reducción en la incidencia de la hepatitis C, acercándose al umbral que podría clasificar esta enfermedad como rara. Esta significativa disminución es atribuida a los efectivos planes de tratamiento y las estrategias de microeliminación que se han implementado a lo largo del país. Así lo destacó Juan Turnes, jefe de servicio de Aparato Digestivo en el Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra en el 83º Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).
Según los datos planteados por Turnes, en la España de 2015 había unas 375.000 personas afectadas por el virus de la hepatitis C (VHC). Gracias a los esfuerzos colectivos y a las estrategias específicas, esta cifra se ha reducido drásticamente a cerca de 25.000 personas infectadas en la actualidad. ¿Pero cuáles son los motivos de esta caída?
El especialista mencionó varios factores. En primer lugar, las medidas de tratamiento universal permiten el acceso gratuito a cualquier persona infectada. En segundo lugar, a pesar de la ausencia de un plan estructural nacional o regional, se han desarrollado diversas estrategias de microeliminación por parte de profesionales sanitarios, que se han vehiculizado como proyectos de investigación. De esta manera se ha podido detectar y demostrar, además, qué fórmulas terapéuticas funcionan mejor.
Estrategias de microeliminación
España se ha convertido en un laboratorio de evaluación y ensayo de estrategias de microeliminación de la hepatitis C, que se han enfocado especialmente en grupos de mayor riesgo. Estos incluyen colectivos vulnerables, inmigrantes de países con alta prevalencia de hepatitis C y personas en prisión. En 2015, la tasa de prevalencia en prisiones rondaba el 29%, cifra que ha disminuido al 1% en la actualidad gracias a las intervenciones específicas.
En este sentido, Turnes subrayó que la implicación directa de las autoridades sanitarias ha sido limitada, pero esto no ha impedido el desarrollo exitoso de estas estrategias. No obstante, algunas comunidades autónomas han implementado planes propios para alcanzar los objetivos de eliminación de la OMS.
Cantabria, Andalucía y Galicia son ejemplos destacados. Galicia, en particular, ha implementado un plan de diagnóstico dirigido a la población de mayor riesgo (edades entre 40 y 70 años) a través de cribados oportunistas. Además, han recuperado a personas previamente diagnosticadas que perdieron conexión con el sistema de salud y no recibieron tratamiento.
Día Mundial contra la Hepatitis y la importancia del diagnóstico
Esta semana, más concretamente el 28 de julio, se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis, incluyendo la hepatitis C. Este virus provoca inflamación del hígado y puede causar desde manifestaciones leves hasta cirrosis o cáncer hepático. La transmisión se produce principalmente a través del contacto con sangre infectada, ya sea por compartir agujas, procedimientos médicos inseguros o contacto con heridas abiertas.
El diagnóstico de la hepatitis C se basa en pruebas serológicas de detección de anticuerpos contra el VHC. Si estas son positivas, se realiza una prueba de ácido nucleico para confirmar la infección y determinar la necesidad de tratamiento. Las opciones terapéuticas actuales para la hepatitis C buscan curar la enfermedad y prevenir futuros daños hepáticos.
Existen tres planes de tratamiento basados en medicamentos antivíricos orales, que han mostrado una probabilidad de curación superior al 95%. Dos de estos tratamientos se utilizan de forma habitual para pacientes recién diagnosticados, mientras que el tercero se reserva como terapia de rescate, con una eficacia del 97%.