Desde la aparición de la infección por coronavirus (Covid-19), la industria farmacéutica mundial ha movilizado a sus equipos de investigación para encontrar un tratamiento efectivo lo antes posible. Desde la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma) –que representa a las compañías y asociaciones basadas en la investigación– se recuerda que este sector tiene en este momento un «papel decisivo que desempeñar en el desarrollo de nuevos y mejores medicamentos y vacunas para ayudar a responder a esta epidemia«.

Dos meses después del comienzo de la crisis, la información recopilada por las tres grandes federaciones de la industria innovadora en todo el mundo, Ifpma, la europea Efpia y la estadounidense Phrma, junto a los datos ofrecidos por la Asociación de la Industria Farmacéutica de Corea (Krpia), pone de manifiesto que actualmente sus equipos de investigación tienen identificados hasta 30 medicamentos antivirales que ya están siendo probados frente al Covid-19, al tiempo que cuatro compañías están investigando posibles vacunas.

30 candidatos

Entre los medicamentos candidatos se encuentran antivirales probados anteriormente en patógenos como el Ébola o el VIH –con los que ya se están realizando ensayos clínicos– y otra línea de investigación que incluye inhibidores ACE (enzima convertidora de angiotensina), inhibidores de la proteasa o fármacos inmunoterápicos cuya actividad podría ser útil frente al nuevo coronavirus.

Entre estos 30 medicamentos candidatos se encuentran la combinación de los fármacos antivirales lopinavir y ritonavir, de AbbVie; el antiviral remdesivir, de Gilead; el inhibidor zanamivir, de GlaxoSmithKline (GSK) o el interferón, investigado por Roche, Merck y Bayer.

Takeda está iniciando el desarrollo de un fármaco derivado del plasma sanguíneo, la globulina hiperinmune policlonal, para tratar a los individuos de alto riesgo con Covid-19. Otras compañías, como Pfizer, han anunciado una evaluación preliminar de ciertos compuestos antivirales que estaban en desarrollo y que inhibieron la replicación de coronavirus similares al que causa Covid-19 en células cultivadas. También la compañía Regeneron Pharmaceuticals trabaja en colaboración con el Departamento de Salud de Estados Unidos (HHS) para desarrollar un nuevo tratamiento para combatir el virus.

Vacunas 

Thomas Cueni.

Además, otro grupo de laboratorios está enfocando sus esfuerzos en el desarrollo de una vacuna frente al virus. «Antes de su aparición en diciembre, el Covid-19 era desconocido. Sólo un mes después, compartir el genoma de este nuevo virus ha permitido a los investigadores comenzar rápidamente las primeras etapas de investigación y desarrollo para encontrar una vacuna que pueda protegernos», explica el director general de Ifpma, Thomas Cueni.

Según los científicos, la epidemia de SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) de 2003 permitió desarrollar tecnologías avanzadas que ahora pueden adaptarse para el Covid-19.

En este grupo, por ejemplo, compañías como Johnson & Johnson –a través de su división farmacéutica, Janssen– o Sanofi Pasteur –la unidad de vacunas del laboratorio Sanofi– trabajan desde hace semanas con el HHS para acelerar el desarrollo de esta posible vacuna.

Igualmente, GSK está trabajando en tres vías de investigación. Una, junto al consorcio CEPI (Coalition for Epidemic Preparedness Innovations), una asociación formada por organizaciones públicas, privadas y filantrópicas con el objetivo de desarrollar vacunas para detener futuras epidemias; otra en asociación con la compañía china de biotecnología Clover Biopharmaceuticals, y, por último, ha puesto su tecnología a disposición de la Universidad de Queensland, en Australia, para un posible desarrollo. Con esta universidad también está trabajando la australiana CSL Limited para el desarrollo de una posible vacuna.

“Las compañías biofarmacéuticas han movilizado a sus investigadores y revisado sus prioridades para liberar a sus equipos y dejarlos trabajar en el Covid-19. Los expertos coinciden en que será necesario aprender a vivir con este virus y que no está previsto que desaparezca en el corto plazo. Por eso es esencial trabajar en el desarrollo de una vacuna. Afortunadamente, no estamos comenzando desde cero. Normalmente, el proceso para desarrollar una vacuna desde cero puede llevar 10 años, incluso más, pero gracias a una colaboración sin precedentes entre actores privados y públicos, los plazos se reducirán”, asegura Thomas Cueni.

Comisión Europea y Casa Blanca

En paralelo, la Comisión Europea ha lanzado un proyecto de colaboración con la industria a través de la Iniciativa Europea de Medicamentos Innovadores (IMI), un programa financiado al 50% entre la Comisión Europea y la Asociación Europea de la Industria Farmacéutica Innovadora (Efpia). El objetivo es fomentar la investigación de un posible tratamiento entre pequeños grupos y centros de investigación principalmente de universidades y pequeñas y medianas empresas. La iniciativa ha recibido un primer fondo de 45 millones de euros al que pueden optar todos los grupos de investigadores con un potencial tratamiento.

Para ayudar al desarrollo de estas líneas de investigación, un grupo de compañías farmacéuticas ya han manifestado su intención de poner sus recursos de I+D a disposición de estos investigadores. Entre los laboratorios que se han sumado a este proyecto IMI se encuentran Abbvie, Astellas, Bayer, Boehringer Ingelheim, Janssen, Merck, Novartis, Pfizer o Takeda.

Desde EE.UU., la Casa Blanca mantiene una comunicación constante con las principales compañías farmacéuticas. En este clima de colaboración, los principales responsables de las compañías GSK, Gilead, Regeneron Pharmaceuticals y Moderna, junto a ejecutivos de investigación y desarrollo de Pfizer, Johnson & Johnson y Sanofi, acudieron la semana pasada a la Casa Blanca para mantener una reunión informativa con el presidente Donald Trump. Tras el encuentro, la Administración de EE.UU. anunció que se había asegurado el compromiso de todos para trabajar juntos en el desarrollo de una vacuna y de posibles tratamientos para combatir el coronavirus.