La probabilidad de sobrevivir a un infarto tras la aparición de los primeros síntomas es mayor cuando se llama a una ambulancia. Así lo muestran los datos del Registro de Análisis del Retraso en el Infarto Agudo de Miocardio (ARIAM), en el que se han analizado 1.859 pacientes de 56 hospitales españoles a lo largo de 2011. Y todo ello a pesar de que, al tener que esperar la llegada de la ambulancia, el tiempo para llegar al hospital sea mayor.
La razón para esta mejora de la supervivencia obedece a que los servicios de emergencia cuentan con abordajes y tratamientos que consiguen paliar y disminuir los efectos de los infartos. En este contexto, además, debe resaltarse que si bien el tiempo medio de llegada al hospital se incrementó en 2011 –163 minutos, frente a los 157 minutos de 2010–, la principal causa del retraso se debe al tiempo que tardan los pacientes en solicitar la ayuda médica –una media de 135 minutos.
Como explica el Dr. Frutos del Nogal, secretario de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), «cuando un paciente acude por medios propios lo hace sin tener ningún tipo de asistencia, pero cuando una persona es transportada por un medio de emergencia, aunque tarde un poco más, es una persona que está tratada por un médico y una enfermera en una UCI móvil; así, en muchas ocasiones, la persona recibe un tratamiento precoz, dado que su proceso está siendo monitorizado, tratado y tutelado previamente».
Más campañas y menos recortes
La reducción de la demora prehospitalaria observada en el registro podría conllevar una disminución del 26% de los fallecimientos por infarto. Además, el intervalo entre la realización del primer electrocardiograma y la hospitalización –en torno a 52 minutos– confirma la existencia de un margen para la realización de la trombosis prehospitalaria, intervención que adelanta de manera significativa la recuperación y la mejora de la calidad de vida de los pacientes que sobreviven al infarto.
Por todo ello, desde la SEMICYUC insisten en dos aspectos fundamentales. El primero, como apunta su presidente, el Dr. José Cuñat, «la importancia de realizar campañas informativas y de concienciación para que los ciudadanos conozcan mejor cuáles son los síntomas de un infarto y llamen cuanto antes a los servicios de emergencia».
Y el segundo, la necesidad de que los recortes en materia de Sanidad no afecten a la labor que llevan a cabo los servicios de emergencias. Como incide el Dr. Cuñat, «como todas las sociedades, estamos preocupados en cuanto a la reducción del presupuesto; imagino que habrá recortes, pero hay áreas estratégicas en las cuales nunca deberían tener lugar este tipo de recortes«.