Como explica la doctora Dejana Braithwaite, investigadora principal del estudio, «las mujeres con edades comprendidas entre los 66 y los 89 años que se someten a una mamografía cada dos años tienen una tasa de detección precoz del cáncer de mama similar a la de aquellas que son revisadas cada 12 meses y, además, tienen un riesgo menor de falsos positivos, por lo que la revisión cada dos años resulta más apropiada«.
Menos ansiedad e incomodidades
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron durante ocho años –entre 1999 y 2006– los datos de 2.993 pacientes con cáncer de mama y los de 137.949 mujeres no diagnosticadas de la enfermedad. Todas las participantes tenían edades comprendidas entre los 66 y los 89 años.
Los resultados mostraron una tasa similar de diagnóstico de cáncer de mama avanzado con independencia de que la revisión se llevara a cabo cada 12 o 24 meses. Sin embargo, destacan los autores, «entre el 47% y el 50% de las mujeres que fueron evaluadas anualmente presentaron un falso positivo en algún momento del estudio, porcentaje muy superior al 26-30% de aquellas que fueron revisadas cada dos años».
En este contexto, como recuerda Braithwaite, «el hecho de que una mamografía ofrezca un resultado positivo para cáncer de mama genera ansiedad e incomodidad ante la posibilidad de tener que someterse a procedimientos adicionales; además, en estas mujeres de avanzada edad las biopsias y otros procedimientos pueden agravar las condiciones de salud subyacentes».
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en ‘JNCI’?
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