Los datos también señalan que solo uno de cada cuatro de los 117 restaurantes que ofertan menús especiales a sus clientes incluyen platos para intolerantes a la lactosa, así como que solo uno de cada cinco cuenta con comidas especiales para personas con alergias, fundamentalmente al huevo y al marisco. En el caso de los menús especiales para personas con enfermedad celíaca, la oferta está presente en el 97% de los 117 restaurantes con menús especiales.
En definitiva, una situación que, como indica Eroski Consumer, «puede suponer un problema para este tipo de personas, que representan entre el 1% y el 2% de la población adulta«. Concretamente, y de acuerdo con las estimaciones, el 1% de la población española padece celiaquía, y hasta cerca de un 15% presenta intolerancia a la lactosa.
La buena noticia es que estos menús especiales se ofrecen a diario en el 86% de los referidos 117 establecimientos. La mala, que en un 9% de los restaurantes se exige que sean solicitados por encargo y por adelantado, en ocasiones con hasta una semana de antelación.
Al mismo precio
El precio medio de la carta se establece en el 62% de los restaurantes encuestados en los 20-40 euros para el público general, así como en unos 17 euros para los menús específicos para personas con alergias o intolerancias alimentarias. Sin embargo, los precios varían significativamente entre las comunidades autónomas. Así, y mientras en Cataluña los menús especiales tienen un coste medio de 14 euros, en Castilla-La Mancha resultan hasta un 51% más caros (21 euros).
De la misma manera, en los casos en los que el precio medio de la carta para la población general se establece en menos de 20 euros, el menú especial tiene un coste promedio de 12 euros. Y en aquellos en los que la carta general ronda los 40 euros de media, el menú especial presenta un coste de unos 32 euros.
Como apunta Eroski Consumer, «el 92% de los 117 restaurantes que aseguran tener menús especiales para alérgicos o intolerantes señalan que estos precios son los mismos que los de los menús destinados al resto de la población». De hecho, solo dos restaurantes andaluces, dos castellano-manchegos, uno catalán y otro gallego reconocieron que sus precios para los menús especiales eran mayores que los de la población general.
