Coincidiendo con la celebración, el pasado domingo 18 de noviembre, del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, la Organización Mundial de Salud (OMS) ha reclamado a los gobiernos nacionales que intensifiquen las medidas contra la automedicación con este grupo de fármacos pues, como explica la Organización, «puede acabar provocando una epidemia de bacterias multirresistentes a estos medicamentos».
Como recuerda la Oficina Regional en Europa de la OMS, «los antibióticos matan las bacterias y no los virus, microorganismos estos últimos que, sin embargo son los causantes de 9 de cada 10 dolores de garganta y todos los casos de gripe«. Aún así, ambas enfermedades son comúnmente tratadas –aun erróneamente– con la autoadministración de antibióticos.
Milagro de la medicina
Entre otras consecuencias, el consumo innecesario de antibióticos acaba debilitando su capacidad para actuar contra las infecciones cuando son necesarios, lo que posibilite que las bacterias desarrollen resistencia. De ahí que, como incide la OMS, «solo deban tomarse cuando lo prescriba un médico».
En palabras de Zsuzsanna Jakab, directora regional de la OMS en Europa, «desde su descubrimiento hace ya 70 años, los antibióticos han mantenido con vida a la gran mayoría de la población, ayudándonos a superar enfermedades que habrían resultado mortales; pero si queremos mantener este milagro de la medicina, se hace necesario poner en marcha campañas que promuevan su uso responsable«.
Perjuicio de la salud y económico
El problema es que en muchos países –hasta dos de cada tres solo en Europa oriental– los antibióticos están poco regulados, pudiendo obtenerse en las oficinas de farmacia sin necesidad de receta.
Además, la falta de control en la dispensación –y consiguiente autoadministración– de los antibióticos no solo tiene enormes consecuencias para la salud, «sino también grandes efectos económicos para las sociedades, dado que las infecciones resistentes pueden resultar hasta 100 veces más caras de tratar», concluye Jakab.