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Las personas con sobrepeso u obesidad que reducen su peso mediante la dieta y el ejercicio logran también disminuir los niveles de proteínas implicadas en la angiogénesis o formación de nuevos vasos sanguíneos, lo que cuando menos teóricamente se asocia con un menor riesgo de desarrollar cáncer. Así lo muestran los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Investigación Oncológica Fred Hutchinson en Seattle (Estados Unidos) y publicado en la revista Cancer Research.

En palabras de la doctora Catherine Duggan, directora del estudio, “es bien sabido que el exceso de peso y tener un estilo de vida sedentario se asocian con un mayor riesgo de aparición de ciertos tumores. Sin embargo, desconocíamos por qué esto era así. Y ahora, nuestros resultados muestran que la pérdida de peso es un método eficaz y seguro para mejorar el perfil angiogénico en personas sanas. De hecho, la magnitud del cambio en los biomarcadores de la angiogénesis asociado a la reducción de peso puede calificarse como muy sorprendente”.

Dieta y ejercicio

En el estudio, los investigadores contaron con la participación de 439 mujeres postmenopáusicas con sobrepeso u obesidad, un estilo de vida sedentario y edades comprendidas entre los 50 y los 75 años. Unas participantes que, además, fueron divididas en cuatro grupos: un primer grupo en el que las mujeres siguieron una dieta con un máximo de 2.000 kilocalorías diarias; un segundo grupo en el que practicaron ejercicio moderado-intenso durante 45 minutos diarios y cinco días a la semana; un tercero en el que combinaron la dieta y el ejercicio de los dos grupos previos; y un ‘grupo control’ en el que las participantes ni hicieron ejercicio ni se sometieron a dieta.

Los autores tomaron muestras de sangre al principio y una vez concluidos los 12 meses de estudio. Y de acuerdo con los resultados, la mayor pérdida de peso se alcanzó en el grupo en el que se combinó la dieta con el ejercicio –pérdida de un 10,8% del peso corporal frente a un 8,5% en el grupo sometido a dieta, un 2,4% en las mujeres que practicaron ejercicio, y un 0,8% en el grupo control.

Es más; las mujeres en el grupo de la dieta y en el grupo en el que se combinó la dieta con ejercicio mostraron las mayores reducciones en los niveles sanguíneos de biomarcadores de la angiogénesis. Una disminución, además, que fue directamente proporcional a la pérdida de peso y que no se observó ni en el grupo de ejercicio físico exclusivo ni en el grupo control.

Como concluye la doctora Duggan, “aún no podemos asegurar que la reducción de los niveles circulantes de los factores angiogénicos mediante la pérdida de peso tenga un impacto sobre el desarrollo del cáncer, pero es muy posible que esta reducción se asocie a un entorno más desfavorable para el crecimiento y la proliferación tumoral. En definitiva, nuestro estudio muestra que los cambios en el estilo de vida tan simples como seguir una dieta para bajar peso pueden disminuir los factores de riesgo para el cáncer”.

– ¿Quieres consultar (en inglés) los resultados del estudio publicado en la revista ‘Cancer Research’?

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