La presión arterial y el colesterol, no los niveles de glucosa en sangre, constituyen los indicadores más importantes de riesgo cardiovascular en los pacientes con diabetes mellitus tipo 2. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Investigación Kaiser Permanente en Portland (Estados Unidos) y publicado en la revista Journal of General Internal Medicine.

En palabras del doctor Greg Nichols, director de la investigación, «los pacientes con diabetes suelen centrarse en el control de su azúcar en sangre como marcador de su riesgo cardiovascular; sin embargo, nuestros hallazgos muestran que los niveles de presión arterial y de colesterol son más importantes a la hora de prevenir las enfermedades cardiovasculares».

Sea como fuere, puntualiza Nichols, «ello no implica que los pacientes diabéticos ignoren sus niveles de azúcar en sangre, deben hacerse mediciones regulares de su hemoglobina glicosilada para controlar estos niveles y, asimismo, deben prestar atención al resto de factores que también incrementan su riesgo de enfermedad cardiovascular».

Presión arterial y colesterol

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron los historiales médicos de 26.363 adultos incluidos en el registro de diabetes de los Centros Kaiser Permanente en Oregón y el estado de Washington entre los años 2002 y 2012. El objetivo era evaluar los niveles de presión arterial, de colesterol y de azúcar en sangre y su asociación con el riesgo de hospitalización por enfermedad cardiovascular.

Los pacientes que no tenían controlado ninguno de los tres factores –esto es, tenían un presión arterial sistólica (PAS) superior a 130 mmHg; un colesterol (C-LDL) mayor que 100 mg/dL; y una hemoglobina glicosilada (HbA1c) superior al 7%– o solo tenían controlado sus niveles de azúcar en sangre presentaban el mayor riesgo de hospitalización por enfermedad cardiovascular.

Por el contrario, los pacientes con menor riesgo eran aquellos que tenían controlados los tres factores o solo la presión arterial y el colesterol. En caso de tener controlados dos factores –y siempre que no fueran conjuntamente la presión sanguínea y el colesterol–, el riesgo era intermedio.

Por todo ello, concluyen los autores, «mantener una PAS menor de 130 mmHg y un C-LDL inferior a 100 mg/dL se asocia con un menor riesgo de hospitalización por enfermedad cardiovascular, sobre todo cuando ambos factores están bien controlados; mantener un nivel de HbA1c por debajo del 7% no es un factor independiente de riesgo de hospitalización por enfermedad cardiovascular».

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