Es más; como recuerda Luis González Imbert, responsable del Área de Atención y Servicio a los Voluntarios en la organización Risaterapia AC, “los estudios muestran que la risa en una práctica que no solo fortalece el sistema inmunológico, sino que también ayuda a reducir los niveles de tensión y ansiedad. Por ello, es un elemento esencial para acelerar la recuperación de los pacientes, aminorar el dolor generado por diferentes procesos internos asociados a distintas dolencias y ayudar a liberar la ansiedad producida por el estrés”.
Aun simuladas son beneficiosas
El estrés es responsable de la pérdida por los adultos de la capacidad de encontrar el lado positivo y divertido de la vida. Tal es así que los adultos solo ríen entre 15 y 100 veces cada día, cifras ciertamente inferiores a las de los niños –en torno a 300 risas diarias.
Y en este contexto, entre otros beneficios, “la risa disminuye la hipertensión al aumentar el riego sanguíneo, cuenta con capacidad para aliviar el estreñimiento e incrementa la concentración de colágeno, una proteína contenida en la piel que se deteriora con el paso de la edad al perder elasticidad, tersura y firmeza, y además retarda el envejecimiento”, incide González Imbert.
Por ello, el experto de Risaterapia AC anima a la población a reír, sin importar que las risas sean naturales o ensayadas pues “ambas tienen casi los mismos beneficios para el organismo. Y en ambos casos se ayuda a relajar los músculos en tensión y a quemar calorías, ya que al reír se movilizan unos 400 músculos del cuerpo”.