La salud cardiovascular de los niños ha disminuido en todo el mundo desde el año 1975. El resultado es que, a día de hoy, muchos niños no pueden correr ni tan rápido ni tan lejos como lo hicieron sus padres en su infancia. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad del Sur de Australia en Adelaida (Australia) presentados en las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón (AHA) celebradas en Dallas (Estados Unidos), trabajo que alerta que esta disminución en el rendimiento físico podría indicar un peor estado de salud de los niños cuando alcancen la edad adulta.
Para el doctor Grant Tomkinson, director de la investigación, «si una persona joven no presenta una buena forma física tiene una mayor propensión a desarrollar enfermedades, caso de las cardiovasculares, en etapas más avanzadas de su vida».En este contexto, «si bien los jóvenes pueden estar en forma de diferentes maneras –por ejemplo, ser fuertes como un levantador de pesas, flexibles como un gimnasta o hábiles como un jugador de tenis–, no todas estas aptitudes guardan relación con la salud. Y es que lo más importante para una buena salud es la salud cardiovascular, que es la capacidad de hacer ejercicio de forma vigorosa durante mucho tiempo, como correr varias vueltas alrededor de una pista de atletismo», recuerda el doctor Tomkinson.
Disminución del 5% por década
Para llevar a cabo la investigación, los autores analizaron los datos de 50 estudios realizados entre 1964 y 2010 y llevados a cabo con más de 25 millones de niños con edades comprendidas entre los 9 y los 17 años de 28 países. Concretamente, y entre otros resultados, los investigadores evaluaron la resistencia cardiovascular de los menores, cuantificada a partir de la distancia que podían correr o el tiempo que requerían para recorrer una distancia concreta.
Los resultados mostraron que, desde el punto de vista cardiovascular, el rendimiento físico de los niños de hoy en día es aproximadamente un 15% inferior al que presentaban sus padres en la infancia. De hecho, el promedio de disminución de la resistencia cardiovascular entre los años 1970 y 2000 en todo el mundo se estableció en torno a un 5% por década –y en hasta un 6% en Estados Unidos–, lo que supone que en la actualidad los niños necesitan 90 segundos más que los menores de hace 30 años para recorrer una milla –1,61 kilómetros.
La razón para esta disminución de la resistencia cardiovascular se explica, «muy probablemente, por los factores sociales, conductuales, físicos, psicológicos y fisiológicos», apuntan los autores. Así, los resultados de la condición física de cada país vienen reflejados en las tasas de sobrepeso/obesidad y de grasa corporal.
De hecho, «un 30-60% de la disminución en el rendimiento en las carreras de resistencia puede deberse al aumento de la masa grasa. Por ello, los niños deben hacer por lo menos 60 minutos de ejercicio diario en la que utilicen los músculos grandes del cuerpo, caso de correr, nadar o andar en bicicleta», concluye el doctor Tomkinson.