Cada 25 de noviembre, el mundo se une para reflexionar en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este año, la Confederación Salud Mental España lidera una potente iniciativa: #NosotrasSíContamos. La campaña se centra en visibilizar las violencias machistas en el ámbito laboral y sus devastadoras secuelas psicológicas. Desde la brecha salarial hasta el acoso sexual, pasando por el estigma asociado a la salud mental, las mujeres se encuentran con barreras que impactan sobre su bienestar, su autonomía y su desarrollo personal.
Los números reflejan la profundidad del problema. Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019, el 40,4% de las mujeres en España ha sufrido acoso sexual, y un 17,3% de ellas lo ha experimentado en su entorno de trabajo. Además, el 22% pierde su empleo tras convertirse en madre, y casi cuatro de cada diez reportan discriminación directa por ejercer su maternidad.
Y todo ello tiene un impacto directo en la salud mental de las mujeres. Desde trastornos del sueño hasta episodios de ansiedad y estrés postraumático, las secuelas pueden ser devastadoras. Según el ‘Informe sobre el Estado de los Derechos Humanos en Salud Mental 2022‘ de la Confederación, ambientes laborales tóxicos contribuyen al aumento de consultas psicológicas. En el caso de las mujeres, estas situaciones se agravan durante etapas de especial vulnerabilidad, como el embarazo o la maternidad.
Triple discriminación y salud mental
Las mujeres con problemas de salud mental enfrentan un desafío adicional: la triple discriminación por ser mujeres, por tener una discapacidad y por el estigma asociado a su condición. Esta realidad limita sus posibilidades de acceso y permanencia en el empleo, afectando su autonomía económica y emocional.
María Isabel García Peña, de Salud Mental Euskadi, destaca cómo esta discriminación impacta particularmente a las mujeres en entornos rurales, donde las oportunidades laborales son aún más escasas. Algo que corrobora, Vanesa Solana, socia de Ascasam, en Cantabria, que denuncia las dificultades añadidas por las que pasan mujeres como ella, con problemas de salud mental, para conseguir o conservar un empleo.
“No puedes decir con claridad que tienes un problema de salud mental por el estigma y por ser juzgada por los demás”, explica Solana. A eso se añaden las dificultades para conciliar trabajo y familia, y el miedo a cogerse una baja laboral necesaria. «Cuando nos decidimos ya es demasiado tarde“, lamenta.
Una campaña para el cambio
Con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, la campaña #NosotrasSíContamos incluye materiales informativos y un video que denuncia las distintas formas de violencia machista laboral. Entre las quejas más habituales se encuentra la precarización de los trabajos feminizados, como el empleo doméstico, y la invisibilidad de derechos recientes, como las bajas por menstruación incapacitante (sólo un 0,02% las solicita, una cifra muy baja que hace sospechar que se evitan, en parte, por miedo a la discriminación).
La Confederación Salud Mental España ha invitado a la ciudadanía, empresas y administraciones a unirse a este movimiento y, con ello, dar visibilidad a esta problemática. La eliminación de estas violencias ayudará a mejorar la salud mental de las mujeres y contribuirá a construir una sociedad más justa, equitativa y saludable para todas las personas.