El cáncer de tiroides representa tan solo el 1-2% del total de tumores. Sin embargo, su incidencia está aumentando en los últimos años en nuestro país, muy especialmente entre la población femenina. No en vano, el riesgo de desarrollo de este tipo de tumor es hasta tres veces superior en las mujeres que en los varones.
Concretamente, y como explicó la doctora Elena Navarro, del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, en el marco del LV Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) celebrado en Granada, “en nuestro país se diagnostican cada año 2,1 casos de cáncer de tiroides por cada 100.000 habitantes; sin embargo, la incidencia en las mujeres es superior, de 6 casos por cada 100.000 habitantes”.
Además, la prevalencia es mayor conforme aumenta la edad, presentándose el mayor número de casos en mujeres con edades comprendidas entre los 45 y los 64 años –y en los 50-64 años en el caso de los varones”. Por ello, en palabras de la doctora Elena Navarro, “si bien no existe un perfil estándar para este tumor, podríamos poner como paciente tipo a una mujer asintomática, esto es, cuyo único síntoma es un nódulo en el cuello, en la cuarta y quinta década de la vida”.
Baja mortalidad
El cáncer de tiroides no solo resulta poco frecuente. También se asocia con una baja mortalidad. O cuando menos, con una tasa de fallecimientos inferior a la europea. Como recuerda la doctora Elena Navarro, “la buena noticia es que la tasa de mortalidad en España es menor que la media europea –0,53 y 0,68 por cada 100.000 personas y año en varones y mujeres, respectivamente–, lo que hace que en la mayoría de los casos sea un tumor con buen pronóstico”.
En la actualidad se han identificado distintos tipos de cáncer de tiroides: los originados en las células foliculares de tiroides, esto es, los denominados ‘carcinomas diferenciados de tiroides’, que suponen más del 90% de los casos e incluyen el carcinoma papilar, el folicular y el oncocítico; los originados en las células parafoliculares –carcinoma medular–; y los carcinomas anaplásicos. Y cada uno de estos tipos “tiene una evolución clínica y un pronóstico diferente y afecta a un amplio espectro de la población, desde la infancia hasta edades adultas”, destaca la doctora Navarro.
En este contexto, el factor más claramente relacionado con el desarrollo de estos tumores es la exposición a radiaciones ionizantes en la infancia -causadas, por ejemplo por tratamientos con radioterapia o por accidentes industriales o nucleares–. En segundo lugar se sitúa el déficit de yodo. Y como concluye la doctora Navarro, “no se ha encontrado, sin embargo, ninguna relación con otros factores externos como el tabaco, la contaminación ambiental o la ocupación”.
– A día de hoy, 50 asociaciones de pacientes dedicadas al cáncer ya son miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?