Llegamos a Barcelona poco antes de las 08.00, con algo parecido a una gran resaca y una tremenda ilusión. Gracias a las gestiones de una persona allegada pudimos acceder a la habitación del hotel sin tener que esperar a mediodía, lo cual fue un gran descanso al no tener que vernos en la calle con las maletas, sin una ducha y con nuestras pequeñas.

El motivo que allí nos llevó no dejaba de rondarnos la cabeza…, es un esfuerzo económico importante y necesitábamos que sirviera para algo. Los nervios empezaban a aparecer. (más…)