Los adolescentes que utilizan cigarrillos electrónicos –o ‘e-cigarrillos’– tienen un riesgo hasta cuatro veces mayor de acabar fumando en un plazo de tan solo 12 meses. Es más; el empleo de estos dispositivos electrónicos no es eficaz para ayudar a la población adolescente a dejar el tabaco. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (Estados Unidos) y publicado en la revisa Tobacco Control.
En palabras del doctor Richard Miech, director del estudio, “nuestros hallazgos refuerzan la evidencia creciente que indica que los adolescentes que utilizan e-cigarrillos tienen mayor riesgo de empezar a fumar que aquellos que no usan estos dispositivos. En consecuencia, los adolescentes que utilizan estos productos deben ser considerados como personas en alto riesgo de fumar en el futuro”.
Mayor riesgo de tabaquismo
Para realizar el estudio, los investigadores analizaron la información aportada sobre su consumo de tabaco y/o cigarrillos electrónicos por un total de 347 alumnos estadounidenses en su último año de instituto –en 2014– y al cabo de 12 meses.
Los resultados mostraron que la prevalencia del consumo de e-cigarrillos en los últimos 30 días fue hasta un 50% superior a la del tabaco convencional. Una mayor frecuencia que se explica, según apuntan los autores, por la percepción por la población adolescente de que los cigarrillos electrónicos no suponen ningún riesgo para la salud.
Como indica el doctor Miech, “los adolescentes que utilizan estos dispositivos pueden llegar a creer que fumar no es peligroso si no detectan ningún efecto inmediato sobre su salud derivado del vapeo. Y a ello se aúna que los adolescentes vapeadores también pueden ser más propensos a juntarse con adolescentes fumadores, lo que les pone en una situación de mayor riesgo de acabar fumando».
En consecuencia, y mientras el riesgo de fumar tabaco tradicional durante los siguientes 12 meses fue de un 7% en el caso de los adolescentes que no utilizaban estos productos, este porcentaje se elevó hasta el 31% en el caso de los usuarios de e-cigarrillos.
Es más; los resultados también muestran un riesgo más de dos veces superior asociado al consumo de e-cigarrillos de recaer en la adicción al tabaco entre los adolescentes ex fumadores asociado al consumo de e-cigarrillos –63% frente al 27%–. Unos resultados, asimismo, que no pudieron demostrar que estos dispositivos sean una herramienta eficaz para ayudar a los adolescentes a dejar de fumar.
Como concluye el doctor Miech, “los adolescentes fumadores que utilizaron cigarrillos electrónicos tuvieron la misma probabilidad de haber seguido fumando durante el siguiente año que los que no vapearon. Además, es posible que el vapeo induzca a los adolescentes ex fumadores a volver a fumar”.
– ¿Quieres leer (en inglés) el estudio publicado en ‘Tobacco Control’?