Como explica la Fundación, la opinión de los expertos es que el cigarrillo electrónico es tóxico y contiene una nicotina que resulta, cuando menos, igual de dañina que en el tabaco manufacturado. Además, la mayoría opina que no puede ayudar a abandonar el tabaco, sino que, al contrario, es más evidente el riesgo de recaída que conlleva su consumo en los ex fumadores confiados.
Concretamente, el 93% de los encuestados aseguró que su consumo puede provocar recaídas en los ex fumadores, razón por la que solo un 5% afirmó que pueden ser utilizados por aquellos que ya han logrado dejar el tabaco.Publicidad ‘peligrosa’
Es más; la encuesta también muestra cómo el 95% de los especialistas considera que la publicidad de los cigarrillos electrónicos es peligrosa, así como que la nicotina que contienen resulta, para un 88% ‘igual de dañina que la de un cigarrillo normal’.
Por todo ello, la inmensa mayoría (97%) de los especialistas se muestra de acuerdo en limitar y regular su uso de manera similar a la normativa sobre el tabaco. No en vano, y en opinión de hasta un 95% de los encuestados, el consumo en público de estos productos afecta de forma importante a la desnormalización lograda tras la Ley Antitabaco de 2010, lo que resulta clave para evitar nuevos fumadores jóvenes.
Concretamente, la encuesta muestra «un gran consenso –destaca Fundación Lovexair– a la hora de considerar que los cigarrillos electrónicos con nicotina deberían ser regulados como un medicamento para conocer su composición exacta y efectos«, así como la cautela científica de los especialistas a la espera de evidencias sobre dichos efectos, tanto a medio como a largo plazo.
Sea como fuere, los resultados constatan que «recomendar los cigarrillos electrónicos con nicotina como sustituto del tabaco o como medio para reducir el consumo de éste no resulta adecuado«, concluye la Fundación.
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