Aún en la actualidad, las intoxicaciones son la causa de una de cada 400 urgencias hospitalarias pediátricas que se realizan en nuestro país. Unas intoxicaciones que como muestra el Observatorio de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP) son ocasionadas por la ingesta involuntaria de productos en un 71% de los casos y que, en su mayoría y cuando menos en los niños menores de 10 años, se deben a la ingesta de medicamentos –por lo general, psicofármacos y antitérmicos.

Como explica el doctor Venancio Martínez, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), “si se traslades al número de urgencias pediátricas atendidas como media en Asturias, entre cada dos y tres días se asiste a un niño con una posible intoxicación accidental. Y la mayoría, más del 50%, se deben a fármacos”.

La buena noticia es que, gracias a la eficacia de la red sanitaria de nuestro país, más del 80% de los niños son atendidos y tratados en la primera hora desde que la intoxicación es descubierta por los padres.

Fármacos y productos de limpieza

Como recuerda la SEPEAP, “los niños adquieren una parte importante de su conocimiento del entorno en el que viven mediante pruebas y errores. Si algo les llama la atención por su aspecto, por su olor, por su color o por su envoltorio, es posible que lo lleven a la boca. Si además les sabe bien o no les resulta desagradable, repetirán. Y cuando los padres o los cuidadores se puedan dar cuenta pueden encontrarse con una situación catastrófica”.

Así se entiende que los fármacos, dada su forma y color, puedan ser causa de intoxicación al ser confundidos con, por ejemplo, golosinas. Y lo mismo sucede con los productos de limpieza, segunda causa de urgencia hospitalaria por intoxicación en menores de 10 años tras los medicamentos.

¿Y qué sucede en el caso de los niños mayores de 10 años? Como alerta la SEPEAP, “a partir de los 10 años el alcohol es el rey absoluto de las intoxicaciones agudas atendidas por los pediatras, aunque en este caso son intoxicaciones voluntarias y con fines recreativos. Estas suponen un 11% de las intoxicaciones totales. El alcohol es el causante del 82% de las mismas, pero las drogas ilegales de un 9% y otro 9% una combinación de drogas y alcohol”.

Sea como fuere, concluye la Sociedad, “una sospecha de intoxicación por cualquier producto en un menor debe de considerarse una urgencia grave hasta que no se ha realizado una valoración completa de la misma. Luego la mayoría se podrán confirmar o no, se podrá establecer que no tendrán más que consecuencias leves o transitorias, pero de entrada debemos plantearnos que cualquier intoxicación puede poner en riesgo la vida del niño”.