Pasar mucho tiempo frente al televisor durante la juventud puede condicionar la capacidad cognitiva una vez alcanzada la mediana edad. Y es que las personas que ven más de tres horas diarias de televisión en su segunda década de la vida y, además, practican poco ejercicio, tienen una peor función cognitiva cuando cumplen los 40. Así lo muestra un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) y publicado en la revista JAMA Psychiatry.
Como explica la doctora Tina Hoang, directora del estudio, “nuestros resultados, alcanzados tras 25 años de estudio, muestran que unos bajos niveles de actividad física y un alto consumo televisivo durante la juventud se asocian con una peor capacidad cognitiva en la mediana edad. Concretamente, la memoria verbal no se ve afectada, pero este patrón de comportamiento conlleva una menor velocidad de procesamiento y una peor función ejecutiva”.
Demasiada TV
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores evaluaron la relación entre, por un lado, la cantidad de ejercicio físico y las horas pasadas frente al televisor en un período de 25 años y, por otro, la capacidad cognitiva durante la mediana edad.
Para ello, 3.247 jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años respondieron cada año y a lo largo de 25 años a un cuestionario en el que se recogía su consumo televisivo y su actividad física. Concretamente, el consumo televisivo se consideró elevado cuando los participantes reconocían ver más de tres horas diarias de televisión en, al menos, 16 cuestionarios.
Finalmente, y alcanzado el año 25 de estudio, los participantes cumplimentaron el último cuestionario y fueron sometidos a tres pruebas para evaluar su función cognitiva –velocidad de procesamiento, función ejecutiva y memoria verbal.
Los resultados mostraron que aquellos participantes –353, esto es, un 10,9%– con un elevado consumo televisivo eran más proclives a mostrar una peor función cognitiva en alguno de los test –velocidad de procesamiento o función ejecutiva–. Por su parte, los participantes con un bajo nivel de actividad física –528; 16,3%– eran asimismo proclives a mostrar una peor función cognitiva en uno de los test. Y finalmente, aquellos que combinaban un elevado consumo televisivo y una baja actividad física tenían hasta el doble de probabilidad de mostrar una peor función cognitiva en los test de velocidad de procesamiento y función ejecutiva.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘JAMA Psychiatry’?
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