Los niños con trastornos del espectro autista (TEA) son entre seis y ocho veces más propensos a padecer trastornos gastrointestinales, caso de estreñimiento, diarrea y sensibilidad a los alimentos. Una mayor propensión que se explica por los problemas de comportamiento –entre otros, el aislamiento social, la irritabilidad y los comportamientos repetitivos– que presentan estos niños. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California Davis en Sacramento (Estados Unidos) y publicado en la revista ‘Journal of Autism and Developmental Disorders‘.

En palabras de la doctora Virginia Chaidez, directora de la investigación, “los padres de niños con autismo siempre han dicho que sus hijos sufren más problemas gastrointestinales, pero se sabe poco acerca de la verdadera prevalencia de estas complicaciones y sus causas subyacentes. Así, la comprensión del impacto de los problemas gastrointestinales en niños con autismo podría proporcionar nuevos conocimientos para tratamientos más eficaces y apropiados del autismo. Y además, la disminución de sus dificultades gastrointestinales podría reducir sus problemas de comportamiento”.

Seis y ocho veces mayor

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron la prevalencia de enfermedades gastrointestinales en 960 niños incluidos en el Estudio sobre Riesgos de Autismo Infantil desde la Genética y el Ambiente (CHARGE Study) entre abril de 2003 y mayo de 2011. Todos los participantes tenían entre 24 y 60 meses de edad en el momento de su reclutamiento.

Los resultados, completados con los formularios cumplimentados por los padres, mostraron que, comparados con aquellos con un desarrollo normal, los niños con TEA tienen una propensión entre seis y ocho veces mayor de padecer estreñimiento, diarrea y sensibilidad a los alimentos. Además, los menores con retraso en el desarrollo tenían cinco veces más probabilidades de sufrir estreñimiento y eran mucho más propensos a tener dificultades para tragar.

Más irritables

Es más; los autores también observaron mayor irritabilidad, aislamiento social, comportamiento repetitivo e hiperactividad en aquellos niños cuyos padres informaron de presencia de dolor abdominal, hinchazón y estreñimiento.

Como concluye la doctora Chaidez, “los problemas gastrointestinales que experimentan pueden ser bidireccionales. Así, los trastornos gastrointestinales pueden crear problemas de conducta, mientras que los problemas de conducta pueden generar o exacerbar los problemas gastrointestinales. Una forma de tratar de corregir esta asociación sería empezar a investigar los diferentes tratamientos y sus efectos en los síntomas gastrointestinales y problemas de comportamiento”.

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