En palabras de la doctora Erica van den Akker, directora de la investigación, “los resultados, ciertamente sorprendentes, muestran que los niños con obesidad de tan solo 8 años de edad tienen niveles de cortisol crónicamente elevados. Sin embargo, y dado el carácter observacional de nuestro estudio, desconocemos si, en realidad, los niños obesos experimentan más estrés psicológico o si sus cuerpos manejan las hormonas del estrés de una manera diferente”.
Por ello, las consecuencias de esta asociación entre obesidad y hormonas del estrés serán evaluadas en próximos estudios. Y es que como refiere la doctora Van den Akker, “responder a estas preguntas clave mejorará nuestra comprensión de la obesidad infantil y puede cambiar la forma en que la tratamos”.
No en vano, el cortisol, hormona que se produce y se acumula en la sangre cuando una persona se enfrenta a una situación de estrés, puede provocar problemas graves de salud en caso de una exposición continuada.
Mayor concentración de cortisol
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores midieron la concentración de cortisol en el cuero cabelludo –localización que refleja la exposición a largo plazo de la hormona y constituye un biomarcador del estrés– de 20 niños con obesidad y 20 menores que presentaban un peso normal. Concretamente, ambos grupos de estudio fueron constituidos por 15 niñas y cinco niños con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años.
Los resultados mostraron que los participantes obesos tenían una concentración media de cortisol de 25 µg/mg en el cuero cabelludo, en comparación con una concentración media de 17 µg/mg en el grupo de peso normal. Las concentraciones reflejan la exposición de cortisol en el transcurso de aproximadamente un mes.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism’?